No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

jueves, 8 de mayo de 2014

SER ZEN

          El concepto de ser, para nosotros implica siempre la necesidad de complementarlo con “algo”. Es la inercia, el automatismo del uso del verbo, la acción y quien, como, donde y cuando es realizada. Incluso en las religiones el concepto de Dios, el Ser por excelencia, lo asociamos siempre a una Entidad, a una forma.
          A lo largo del tiempo los Maestros, los místicos y los grandes buscadores de la Verdad, han tratado de transmitir qué hay detrás de ese concepto de Ser, lo han hecho: de manera burda, sofisticada, con silencio, con sonido, con palabras, gestos, y de cuantas maneras se les han ocurrido, lo único que nos ha quedado claro es que no nos han servido las respuestas. ¿Porque no han sido las preguntas correctas?, ¿Porque, no han sido las respuestas correctas? No, simplemente, hemos hecho las preguntas y hemos escuchado las respuestas. Somos las preguntas y las respuestas correctas, pero seguimos dudando, buscando, si lo somos.
          Si le damos una galleta a un niño, se la come, la disfruta y no se pregunta nada, simplemente es: “un niño comiendo galleta”, pero nosotros preguntamos, ¿te ha gustado, estaba dulce, a qué sabe, quieres más? El niño educadamente nos puede decir que sí, que sabe a galleta, que si no está dulce no sería una galleta, y si le seguimos insistiendo nos dará una galleta a nosotros. Al comerla, miraremos a qué sabe, si es crujiente, si está bien de dulce, y podremos explicar un montón de cosas sobre la galleta, pero seguro que no la habremos disfrutado, ni nos habrá hecho tan felices como al niño, nos hemos olvidado de ser : “niño comiendo galleta”, o mejor aún, ser: “lo que soy comiendo galleta”, todo en uno. Inexplicablemente, hemos conjugado el verbo, hemos realizado la acción, hemos introducido el “ego”.
          Algunos Maestros nos han repetido innumerables veces, “No es una cuestión de saber o no saber, y añado, “es una cuestión de Ser””.
          Nos apuntamos para practicar Zen, qué es lo primero que preguntamos, ¿qué conseguiremos con ello, podremos llegar a .., pero para qué sirve?, todo seguido y a continuación sentaremos a meditar todas nuestras peticiones, pasando lista cada rato, para ver cuantas de ellas se han cumplido.
          Pensamos que la Vida, el Zen, son mercados donde podemos comprar lo que deseemos y dejar en ellos lo que no necesitamos en este momento. Nuestra actitud por ello es la de pedir: tanto de iluminación, déme una semana de felicidad, si eres tímido “por favor” me pondría un poco de decisión, o un poco de valor, y construiríamos alguien maravilloso a base de mercadear y comprar.
          Yo salí de Andalucía siendo niño, he viajado en muchas direcciones y lugares, pero nunca he dudado de que sea andaluz. Cuando alguien me ha ofrecido lo que quisiera, nunca se me ha ocurrido decir: quiero ser andaluz. Me he esforzado por muchas cosas, unas las he logrado y otras no, pero nunca se me ha pasado por la imaginación, hacer algo para ser andaluz. Me he preguntado que sentirán los japoneses, los hindúes, los de muchas tierras, y por qué son tan raros, pero nunca he pensado lo que se siente o que sea raro: ser andaluz. Por mucho que quisiera, que ignorase, que me niegue, “que soy andaluz”, lo seré por toda mi eternidad.
          Zen es Todo, Buda es Todo, probablemente y porque no hemos tenido otra opción: Hemos nacido en Zen, somos Zen, salimos de Zen, nos movemos, nos paramos, vivimos y morimos en Zen; siendo Zen Todo, no podemos salir, ni entrar, ni perder, ni ganar, ni sentir, ni ignorar, ni llegar, ni partir, ni dar, ni recibir, simplemente y solamente: ZEN.
          Soy andaluz, Andalucía, España, Europa, la Tierra, la Vía Láctea, el Universo, el Buda, Amor, Felicidad, por llamarle de alguna manera le llamo ZEN.

          Ser Zen es




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