Este artículo fue publicado anteriormente el 23-11-13
Un tema que siempre me ha interesado es el de la muerte. Este es un poema escrito en 1978.
Un tema que siempre me ha interesado es el de la muerte. Este es un poema escrito en 1978.
( XII – 78 ) ( XI - 2013)
¿Qué es la vida?,
si sólo la muerte queda, ¿Qué es la muerte?,
añoranzas del camino Si sólo la Vida queda,
que andamos por ella, Sino hacer el camino
el presente, aún vivo, Para andar en Ella,
detrás, sólo huellas, El presente es lo vivo,
delante, aunque imagino, El pasado sólo huellas,
no se qué me llega. El futuro, no ha venido,
¿Recuerdos?, En el Absoluto nada llega.
¿acaso la vida llenan?,
Si sólo nos hacen
morir en lo que queda,
vivir marchitos diciendo,
¡qué vida aquella!,
Sin ver que morimos,
apenas sin darnos cuenta,
¿es la vida cuando nacemos,
o cuando creemos despedirnos de ella?.
Hace unos años en unas conferencias tituladas, “¿Qué nos espera más allá de la muerte?”, elegí como nombre para mi tema, “Vida y Muerte: Cara y Cruz, de una misma realidad”.
Es en sí mismo un tema complejo, ¿cómo hablar de un tema del cual, las personas que tienen mucha experiencia de la vida, suelen hablar frecuentemente de ella; pero nadie ha hablado de su experiencia de la muerte después de haber vivido?
Es en sí mismo un tema complejo, ¿cómo hablar de un tema del cual, las personas que tienen mucha experiencia de la vida, suelen hablar frecuentemente de ella; pero nadie ha hablado de su experiencia de la muerte después de haber vivido?
Mi enfoque en estas dos ocasiones, fue desde el punto de que si lo que realmente predomina, es la muerte, el resultado de la existencia es: que al final, quedaría solo la muerte. Por lógica, sabemos que esto es imposible, que es la vida, la que puede gozar de eternidad.
Para que la muerte pueda vivir, es imprescindible que algo tenga vida. Solamente lo que está vivo puede morir, la existencia de una muerte absoluta es improbable, puesto que no puede tener influencia, ni expresión, fuera de algo que tenga vida. Su única opción sería, su propia muerte, esto es: si la muerte pudiese tener una existencia propia, morir ella misma. El resultado de esta muerte, sería por lógica, el nacimiento de la vida.
En el Hinduismo, los dioses de la muerte son en realidad, los dioses de la regeneración, “la desaparición, o transformación de lo viejo o inútil, en expresión de una aparentemente, nueva vida”.
En el Cristianismo, el cuerpo de Jesús muere, para desintegrarse en sus componentes el primer día, regenerarse el segundo y recomponerse en una nueva expresión, llamada Cristo, el tercero. En la “fuente de Vida Crística, sus aguas proporcionan una Vida eterna, sin muerte”.
En Budismo, el Buda es eterno, el presente es eterno, la Vida es un ahora eterno. La forma muere y sufre, la muerte tiene presencia, solamente, en el mundo dual.
En la lógica del sentido común, para que exista la muerte, tiene que haber vida, para que exista la vida, no tiene que haber ni tan siquiera, algo que la exprese o manifieste. Solamente un Vacío, una Nada en donde, cualquier cosa que aparezca expresa vida, siendo expresión y en sí misma, Vida.
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