No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

viernes, 19 de septiembre de 2014

ESCRITOS, EN OTRO AHORA

          Estos son tres escritos de los tiempos viajeros, escritos en la fecha y lugar de la cabecera, tras pasar por India y antes de llegar a Japón.

HIKKADWUA     (5 - 1 - 80)
Encontrar la medida a los sentimientos, saber decir adiós a un amigo a quien la vida separa de nuestro camino, conociendo cuanto hemos recibido de su estancia a nuestro lado y lo poco que perdemos de lo que nunca tuvimos. Sentir profundamente que incluso este mismo sentimiento es intrascendente, y solo el
producto o efecto de nuestra mente y hábitos de vida, ver que nada somos, nada tenemos y por tanto todo cuanto cruza cerca o arriba en nuestro devenir diario, es algo que es en sí mismo, por cuanto ni es poseído ni se llega a formar fuera de un mundo consciente y de formas perecederas. Sabiendo que no hay nada y viviendo, creyendo que lo puede llegar a haber en un punto lejano de nuestro plano, donde las cosas son vividas sin llegar a formarse.

HIKKADWUA     (5 - 1 - 80)
Caminando, tratando de encontrar la flor que le diera la felicidad, aquella que nunca muere, aquella que crece en un árbol siempre florido, en el valle al otro lado de las altas montañas. Llegó un día en el que el sol brillando en lo alto, le dio la bienvenida al valle de los mil caminos, donde los pájaros cantan al sol y al viento, los grillos, la luna y el propio viento moviendo los sonidos, incluso el suyo propio, de paz y música llenan el espacio.  Encontró y recorrió los caminos, se sentó al pie de los árboles para ver si sus flores morían y tras duro caminar, encontró su flor, la tomó en las manos, y contempló horrorizado como moría.
Todo en él vibró en un escalofriante shock, lloró la perdida de todo cuanto para él fue la vida y quiso verla por última vez, abrió los ojos, para verse rodeado de flores, sol, árboles, pájaros y música nueva.    

KUTA      (20 - V - 80)
¿ Por qué lloran los muertos?. Dicen que los muertos están llorando por un mundo que han perdido, en su mundo flotando, sabiendo que volverán, para encontrar lo que les vamos dejando, nosotros en él metidos, ellos desde afuera mirando, viéndonos en guerras, en divisiones de terrenos vanos, que nada son sin el hombre, este que tratamos de individualizarlo, en lugar de ser uno por uno, individuales, viviendo en un solo campo, nos miramos a los pies y decimos: “este es mi campo sagrado”. Por eso lloran los muertos, que viven fuera del campo santo.
Sus lágrimas riegan las flores, donde los cuerpos de unos hombres que estuvieron equivocados, yacen en sepulturas, en campo abierto o campo vallado, que ninguno sale fuera, solo adentro, todos vamos llegando, paso a paso, entre suspiros y lamentos, entre pensamientos vanos, de si quiero o no quiero, solo deseos, no quereles sanos.
Mentes enfermas, individualización que equivocamos, con: tú allí, esto es mío, aquél es tu país, quiero vivir separado. Esto ven los muertos y siguen llorando, sobre campos de batalla, sobre dineros que felicidad no han comprado, así viven con miedo de volver y encontrarlo como ellos lo hicieron, o peor, como lo dejamos. Sus lágrimas, sus lamentos, nos dicen sus equivocaciones, las nuestras y los cambios. Escuchemos en silencio, sus canciones, sus pasos, uno a uno, no, no son dos, son uno y uno que andan el mismo camino, diferentes, ayudando. Sequémosles las lágrimas, no nos encontremos un día llorando, viendo nuestro mundo sin rumbo, sin timón y sin mando.
Si supiéramos de sus lloros de cuerpos descarnados, en un mundo de sombras, con luces para los visionarios o para aquellos que buscan, u otros que saben donde debemos encaminarnos.

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