Uno de los problemas que tenemos
para realmente entender las religiones es, el tratar de llegar a ellas por
medio de lo que hay escrito.
La mayoría de las religiones, están
creadas alrededor no de un conocimiento de lo que podríamos llamar Verdad, sino
de una experiencia directa de Ella de sus fundadores, que transmiten a personas
que quieren entender por medio de sus explicaciones, el espíritu de esa
experiencia, algo difícil por no decir imposible.
El segundo punto de dificultad
es, que los que verdaderamente han tenido esa experiencia: Mística, de Unión,
de Realización, de Trascender, de Iluminación, sobre la cual se origina la
religión, no han dejado nada escrito personalmente.
La experiencia de Shakyamuni,
bajo el árbol sala, viene tras años de esfuerzos y de duro entrenamiento bajo
varios maestros. Todos ellos le han dicho que había llegado al máximo, pero Él
no se siente satisfecho, encuentra que no ha obtenido la respuesta a su
pregunta vital, “El por qué y de donde
surge el sufrimiento”. Esto le lleva a continuar la búsqueda junto con
otros buscadores, con los cuales realiza esfuerzos y sacrificios, llevando cuerpo
y mente hasta los máximos extremos, hasta sentir que estaba a punto de morir. Pero
es cuando desesperado de no encontrar la respuesta que le llene su espíritu, se
sienta bajo el árbol, aceptando que su cuerpo sea alimentado, cuando se entrega
totalmente a la vida, cuando finalmente, en la entrega encuentra la
fructificación del esfuerzo, realizando la Unidad, trascendiendo la dualidad que
todavía quedaba en su desesperada búsqueda, cuando experimenta la Iluminación,
cuando Realiza que lo único que siempre había sido y sería era: Buda.
El comienzo
de la enseñanza aún es difícil, tiene que explicar una experiencia, que no un
conocimiento, a personas que viven en un mundo que ve la Vida desde un punto
totalmente diferente a esa experiencia. Una experiencia de: Unidad, sin
dualidad, en la que no puede concebirse la existencia de lo negativo, y en la
que su experiencia es adquirida, al dejar de crear su propio ego.
De ahí, que
tenga que hablar con palabras entendibles y que definan el mundo de las
personas que escuchan, para poder explicar cómo salir de él. Para decirles la
realidad de su experiencia y la irrealidad del mundo percibido por ellos,
decirles que el dolor que llenaba sus vidas era innecesario, que no era real,
que en la Vida no había dolor, que la existencia es llenada con el dolor que
nosotros creamos, no porque realmente exista en la Vida. Que ese origen está en
el ego, que a su vez está creado y alimentado por cada uno de nosotros. El origen
de ambos es la dualidad, no el Yin y el Yang, no los opuestos, no las
polaridades, no la existencia de las dos mitades, ni tan siquiera en el “yo” o
la dualidad, sino la percepción de separación que percibimos entre sus dos
aspectos. No es el yo, sino su separación con el resto de los pronombres, no
las dos mitades, sino el creer que pueden separarse, lo que origina el ego y el
sufrimiento.
Es imposible
decirles a personas llenas de sufrimiento, que lo están viendo continuamente en
sus vidas, que el sufrimiento es irreal, que no tiene una existencia real, como
probablemente les diría desde su “Experiencia de Iluminación”. Por lo que les
dice que: “La existencia entraña sufrimiento”, que es causado por la ignorancia
y el deseo, que solamente pueden existir en un mundo dual, en una vida de
impermanencia, que Él mismo enseña que es una característica de la irrealidad. Es
en la mente impura donde se origina esta ignorancia que es causada por: la avaricia,
el odio, orgullo, envidia, egoísmo y la lujuria. Su remedio es el “Camino óctuple”,
que es el vivir con una percepción correcta de la vida. Todo ello se realiza en
la dualidad de separación, origen del ego.
Todos
sabemos, que una de las leyes que estamos más familiarizados es que todo es
relativo. Independientemente de la temperatura, el frío es sentido por la parte
o individualidad con mayor temperatura, mientras el calor lo siente la parte o
individualidad con menor temperatura. Que cualquier aspecto de la dualidad siempre es
relativo o sentido por su opuesto.
Cómo
explicar, transmitir, enseñar, una experiencia de Vida, que por otro lado es única
e intransferible, que tiene que ser realizada por cada uno y vivida en el Espíritu.
Cómo entender algo que no se ha vivido, comido o experimentado, a través de una
explicación de alguien que no ha vivido esa experiencia, que lo ha oído y
entendido, pero que difícilmente puede salir del Espíritu, puede que de cerca
del corazón, pero que será entendida con la mente.
Que puede decir Buda, a quien vive,
siente y percibe el sufrimiento, por vivir en una dualidad donde lo que se
percibe es lo contrario, de lo que es el perceptor.
En
la dualidad de no separación, en la unidad, se es uno con el sufrimiento, se es
uno con la felicidad, con lo que ninguna de las dos pueden ser percibidas por
serlo. Pero cómo decirle a los sufrientes: SOIS FELICIDAD, alegraos de sentir
el sufrimiento.
Lo mejor para no ahogarse una
cucaracha es Ser Nada, incluso a veces es suficiente con ser taza de water,
cisterna y agua, como esos Todo en Uno.
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