Cuando
solamente existía el Espíritu, la única lengua era el Silencio, al no haber ni
tan siquiera noción de dualidad. Es cuando la dualidad está en un estado de
latencia, cuando nace la nueva lengua, que aún siendo Silencio es necesaria
para la construcción de la Torre de Babel, esta primera lengua es la Oración.
Cuando los
primeros vestigios de Humanidad aparecen en el Universo, solamente tenemos algo
claro, hemos vivido un largo periodo de gestación en nuestra Madre Vida, en el
cual nuestro Padre Dios, solamente era algo latente, e inexistente para
nosotros. Nuestro primer movimiento aún no se ha ejecutado, por lo que la Madre
aún no es consciente de nuestra existencia.
Nuestras vivencias en su casa, nuestras primeras conversaciones con Ella, son el nacimiento del lenguaje del Silencio, el Origen de la Oración. Es al nacer, en la casa del Padre, el Paraíso, cuando por primera vez somos conscientes de ser una sola: Casa, Familia, Unidad, cuando surge la necesidad de crear una lengua que nos permita comunicarnos.
Nuestras vivencias en su casa, nuestras primeras conversaciones con Ella, son el nacimiento del lenguaje del Silencio, el Origen de la Oración. Es al nacer, en la casa del Padre, el Paraíso, cuando por primera vez somos conscientes de ser una sola: Casa, Familia, Unidad, cuando surge la necesidad de crear una lengua que nos permita comunicarnos.
La dualidad
está solamente en estado de latencia, la unión entre el Padre y el hijo, es tan
perfecta que las mitades aún no saben de su existencia, por lo que la primera
lengua del Silencio, entre el corazón, el principio de Amor, que ha originado
la existencia de la creación y su individualidad en el Espíritu de la Vida
Madre, con el Padre como Espíritu de Vida, sea la Oración.
De alguna
manera este recuerdo primigenio, escrito en lo más profundo de la Creación, (el
hijo), es revivido por la humanidad, desde el principio de su deambular
universal, tras el descubrimiento de la dualidad, de su creación de la Torre de
Babel y su concepto de que todo está separado de lo demás, llevándole a crear
la Religión. Las historias de la vuelta a la casa del Padre, del regreso al
vientre materno, la Casa de nuestra Madre la Vida.
A lo largo de
nuestras vidas, todos tenemos la misma experiencia: “Somos uno con nuestra
madre, tras vivir en su casa nueve meses, nacemos en la casa del padre y por
primera vez le conocemos, vivimos en ella por un tiempo, para salir y crear la
nuestra y nuestra familia. Pero aún cuando cortamos nuestro cordón umbilical
con ellos, nunca nos separamos realmente, la Madre nunca corta su cordón con
nosotros y sus casas siempre están abiertas para acogernos”. Todos sabemos
esto, obviamente cuando el ser humano, descubre que: “Así es arriba como abajo”, “Que la genética de la Madre y del
Padre, es la misma que la del hijo, (El todo está …)”, es cuestión de tiempo
que las religiones traten de recordarnos que la Casa del Padre, siempre mantendrá
las puertas abiertas.
Obviamente, las
explicaciones, las historias, son diferentes. Pero quién recuerda su vida en
casa de los padres igual que otra, incluso entre hermanos el recuerdo es diferente.
En nuestros días muchas personas niegan la Religión, la existencia del Padre,
porque miran, qué hemos entendido y hecho con ella y cómo hemos entendido las
historias.
La oración
está en horas bajas, atacada por muchos porque creen que es pedir a un dios
dictador, porque es una pérdida de libertad, o algo totalmente inútil, pues no
hay nadie que pueda darte lo que pides.
La Oración es, el lenguaje entre
el Corazón y el Espíritu, su Silencio está más allá del pronunciamiento de las
palabras, pues en la Oración, estas no son pronunciadas por la boca, sino desde
el Corazón, no son de peticiones, pues no hay nada que pedir en la Unidad, solamente
se expresa en Silencio la Aceptación y Entrega entre el Corazón y el Espíritu. Hay
lenguas que no se hablan o no son conocidas popularmente, que se llaman lenguas
muertas; las usadas comúnmente son lenguas vivas. La Oración no se incluye
entre ellas, porque simplemente es: “La
Lengua de la Vida”.
La importancia de los diferentes tipos de
oración, de las diferentes religiones en Meditación, viene de que cuando se
habla con la Oración, es la comunicación entre la Madre y el Hijo, antes del
primer movimiento en su vientre, ese Silencio, donde de alguna manera está formándose
la nueva y primera lengua de la Vida, la Oración, es un estado que en Meditación a
veces es llamado Consciencia. No es consciencia de algo, pues no hay dualidad,
solo Silencio; no hay conversación entre el Amor y el Espíritu, solamente
existe la Madre Vida, por eso es: “la Seidad de Consciencia de Nada” donde la
Oración es Silencio.
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