Socialmente las dictaduras tienen
un cartel tan malo y de rechazo, que incluso los propios dictadores, huyen de
la denominación y se pelean y no aceptan otra definición que demócratas. Los
países generalmente, se enfrentan u organizan una guerra, principalmente porque
hay dos o más grupos, que tienen opiniones diferentes, sobre el entendimiento
de una situación. Las religiones han organizado quema de brujas, jihad, guerras
entre hermanos, entre vecinos o en cualquier lugar, por el simple hecho de que
Dios, tiene la barba rubia o morena, o no tiene barba, por si hay que
arrodillarse con una o dos rodillas o postrarse, o bien por el nombre que hay
que darle.
Todos estos conflictos y
muchísimos más, nacen de que no somos capaces de: escuchar, argumentar, enriquecernos,
respetar y aceptar, una opinión que no está de acuerdo con la nuestra.
Si viésemos y recapacitásemos
real y profundamente en la cantidad de guerras, peleas, problemas y
frustraciones que nacen de esa inseguridad, generalmente en nuestra propia
opinión, tendríamos abierto el Camino para poder aprender y realizarnos,
aceptando las opiniones de los demás solamente para aprender de las diferentes
opiniones y desarrollar la nuestra.
En nuestro día a día, tenemos incapacidad
para aceptar las otras opiniones, no para seguirlas, sino para enriquecer la
nuestra. La acción de escuchar y aceptar otras opiniones, no tiene nada que ver
con la necesidad de seguirlas, para obtener la fortaleza del grupo, del rebaño;
la aceptación y capacidad de escuchar a los demás simplemente es un ejercicio
de amar el conocimiento, de ser capaces de aprender de las vivencias,
personalidad, conocimiento y opiniones de los demás. Pero ante todo, nuestra
responsabilidad para con nosotros mismos y para la sociedad es la de vivir con
la nuestra, no teniendo una opinión fija e inamovible, sino usarla y vivirla
para enriquecimiento de los demás y nuestro.
Es importante
y primordial para aceptar otras opiniones, conocernos y saber el peso y
profundidad de nuestra propia opinión, es la única que permite que vivamos
nuestra vida, ser nosotros y la que puede aumentar nuestra autoestima para
escuchar con amor otras opiniones, sabiendo que no son para controlarnos, no
por las intenciones de los demás, sino por el amor que nos tenemos, daremos
siempre prioridad a la nuestra y nos permitirá exponerla con honestidad y
seguridad.
Generalmente el miedo es a
equivocarse, pero la honestidad nos permite que por muy equivocados que
estemos, pueda ser nuestra Verdad y nuestra aceptación y capacidad de escuchar
otras opiniones, nos permitirá aceptar que estamos equivocados cuando nos lo
demuestren, agradeciendo el enriquecimiento adquirido de la diversidad.
He encontrado en diferentes páginas,
las restricciones para admitir otras opiniones, especialmente las que son
contrarias a la línea de la página, o de la persona o grupo que la publica. He visto
en algunas, que al poner una foto de otra página si hay un comentario contrario a la opinión de lo escrito, anulan la foto desde el origen. A mí también, he
comprobado que me borran de una página por dar una opinión como decía el otro día,
o se borran de la mía por dar o no dar opiniones, en la misma línea que la de
la foto.
En principio a mí me parece una
falta de gratitud y de respeto, pensar que alguien pueda publicar una cosa que
no le guste o crea que no es de utilidad o buena. Por lo que cuando opino
intento agradecer el esfuerzo de esa persona: buscando en otras páginas algo
que le haya gustado, parecido interesante o importante y que supongo va en la línea
de su propia opinión; o bien ha volcado sus vivencias o conocimiento, en un
escrito u opinión, no me parece correcto que el conocimiento que me ha sido
ofrecido, pueda ser agradecido simplemente con un “que bonito o interesante”,
pues supongo que por eso lo ha publicado esa persona, por lo que intento mirar desde
otro ángulo de visión, para aportar una opinión más. Si todos pudiésemos dar
nuestra propia opinión de algo, pienso que todos saldríamos enriquecidos y con
mayor conocimiento del tema.
No me refiero por supuesto a las
opiniones que denigran al que las da, o las hechas sin respeto, o mala intención,
algo que si la persona que lo lee no hace discriminaciones, también puede
servirle para aprender, sino a aquellas que se dan con amor y deseo de aportar nuestro
conocimiento en forma de opinión, para un mayor enriquecimiento de la humanidad.
La gran riqueza de la Vida no está en su homogeneidad, sino en su
capacidad de hacer todo único y diferente de lo demás. Si respetásemos, no
solamente las opiniones que no coinciden con las nuestras, sino las diferencias
y uniqueidad de los demás y nosotros mismos, habríamos terminado con la mayoría
de los problemas. ¿Por qué no empezar aceptando las opiniones divergentes y
poder discutirlas con espíritu de aprender?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario