Es preocupante,
con cuanta frecuencia nos vemos obligados a elegir entre dos opciones, que
independientemente de la que elijamos, perderemos una mitad de nosotros, porque es
excluyente de la otra mitad y lo peor es que perdiendo una mitad, nos alejamos
de nuestra meta, de llegar a vivir en una sociedad guiada por la humanidad.
En las
tribus, tras la unión de dos personas, había que elegir entre la tribu de la
mujer o la del hombre, en algunas etnias entre la familia de la esposa o del
marido, entre los hijos del rey tras su muerte, entre un dios y la muerte,
entre el padre o la madre tras la ruptura, ahora estamos llenos de terrorismos
que nos dan a elegir entre ellos, la muerte o la huida de nuestros hogares,
unos defendidos por los políticos, otros que se hacen a sí mismos políticos, hay
políticos que nos dan a elegir entre ser engañados por ellos o por sus
contrarios, otros nos dan la libertad de no ser engañados por otros, porque
ellos llevan años engañándonos y robándonos. Por supuesto dentro de una
democracia, podemos elegir, para elegir quién se va a beneficiar de nuestra
ignorancia, borreguismo y falta de interés por saber el significado de ser humano.
Posiblemente,
llegaremos a votar: si permitimos que en nuestros barrios manden las mafias, las
maras o las bandas, con lo que siempre estaremos obligados a pertenecer libremente
a esa familia, olvidando a la sanguínea, podremos votar a que país queremos que
pertenezca nuestro barrio, ciudad o comarca, vendiendo nuestra pertenencia al
mejor postor, sin importar su ideología, sabiendo que nos está engañando y no
cumplirá sus ofertas, podremos elegir libremente si pertenecemos a nuestra
familia o a un partido político, todo en la más absoluta democracia de elección,
ejerciendo el poder del pueblo, para pertenecer a alguien, que a partir de ese
momento será el dueño de nuestras vidas.
El poder del
pueblo, la democracia, nace de la humanidad, la mayoría de las veces si no estuviésemos
atentos a ser convencidos por alguien, podríamos ver el ejemplo en los animales,
las plantas, el universo y el funcionamiento de la vida. Toda individualidad
está al servicio de la individualidad en la que está integrada, porque su
existencia y felicidad depende de la de esta individualidad, la individualidad
final está al servicio de cada una de las individualidades que la integran,
porque su felicidad y bienestar depende de que cada una de esas
individualidades lo sea.
Desde antiguo
se dice: “Divide y vencerás”, por eso las mafias, los políticos, las
religiones, y la mayoría de las asociaciones tratan de dividir a las personas
para controlarlas.
En la
humanidad, los políticos, las religiones y la mayoría de las asociaciones,
ofrecen a las personas diversidad, para que halla diferentes opciones donde
elegir, pero no para separar sino para hacer más fácil, el que todos podamos
vivir unidos, estando todos al servicio de todos, porque es la felicidad de
cada uno, el trabajo y bienestar de cada uno, lo que llevará a que nuestra vida
tenga más opciones de ser feliz.
Aquellos que
tratan de dividir, porque buscan: nuestro beneficio, la justicia, un orden
nuevo, nuestra salvación desde un orden político, un dios o siendo más
pequeños, son los seguidores del antiguo proverbio: “Divide y vencerás”, cuando
ellos vencen, nosotros, la humanidad, es la que ha perdido.
Ni conmigo, ni sin mí, independientes,
individuales, todos al servicio de una única Humanidad.
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