(15-2-71)
Mucho tiempo anduve
por el mundo con los ojos cerrados a la verdad
y cuando al fin los
abro, veo que solo puedo actuar como uno de tantos.
Los ojos he abierto,
para ver el mundo como debía ser
y he visto una
humanidad aburrida que no sabía que hacer.
El hombre
desorientado y con ganas de vencer, en el intento de no perecer su esfuerzo
encaminado ha, hacia
sus semejantes, sin ver al enemigo principal, él.
Las fuerzas
misteriosas que al hombre empujan hacia la guerra
pudieran ser afán de
grandeza, pero quizás también desencanto de cómo él es.
La falta de conceptos
por los que pudiera luchar, sabiendo que no va a vencer, y sin poderlo dejar.
(10 - II - 78)
Dicen que hay que
vivir
y me pregunto,
¿para qué vivo?,
Si no se halla el
amor,
tampoco al amigo,
¿por una sociedad
loca
que me arrastra al
camino?.
En el que hallo mil
ansiedades,
donde pierdo cuanto
he sido,
en anonimatos espectrales,
entre muertos aún
vivos;
restos antiguos de
sociedades,
cuando era yo mismo.
Aún sigo caminando,
sin saber por qué,
vivo,
quizás aún buscando,
acaso sigo siendo un niño
que no encuentra a su
madre,
tampoco al amigo;
cuando ya soy hombre
todavía imagino,
sociedades sin nombre
en las que seas tú
mismo,
donde todos seamos
un mismo camino.
(19 - II - 78)
¿Estás ahí?,
¿has venido?,
te estoy esperando,
te necesito,
flor sin tiempo,
amiga de tus amigos,
dueña de los cuerpos,
añoranza de los
vivos.
Mi cuerpo postrado,
voló el alma,
el cerebro es mi
enemigo,
veo un mundo extraño,
oigo solo ruido,
no le dejan que se vaya
a este cuerpo vacío,
oye mi llamada,
¡te lo ruego!
Para poder reunirnos.
(19 - II - 78)
¡Oh, juventud que
luchas!,
Por cambiar el mundo
en el que has nacido,
con luchas incruentas
que ya has perdido,
el mundo da vueltas,
vuelve al mismo
camino,
cuando alborozado,
orgulloso y ufano,
piensas que es
distinto,
solo tu has cambiado,
él sigue siendo el
mismo.
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