Bueno pues
tras unos días que han pasado en un suspiro, de nuevo estamos llegando al final
del aumento de la oscuridad. El Sol comenzará a alejarse de la Tierra, y de
nuevo la luz empezará a aumentar en nuestro día a día. El solsticio de invierno
está de nuevo aquí, con su larga noche que nos recuerda, que está en nosotros
el que la luz del exterior no sea necesaria. Que podemos comenzar el año, el
siglo o nuestro comienzo de vida cada ahora, que la luz que nos recuerdan, los
alumbrados, el solsticio, el sol, es que el verdadero lugar para que nazca no
es en un pesebre, sino en nuestros corazones.
Durante años,
la gente ha venido a los masajes, buscando una vida mejor, más feliz, más
luminosa. Su extrañeza ha sido que no mando dietas, medicinas, ni tan siquiera
suelo hablar de mejorarles la salud, aparte del masaje, mi primer remedio para
todos los problemas es: “Aprender a amarse”, pienso que es la solución a todos
los problemas, no porque desaparezcan, sino porque somos capaces de intentar
encontrarles una solución y si no la tienen, convivir con ellos.
Nuestro desconocimiento
del amor, nuestra dificultad para amar, es que nunca hemos aprendido a amarnos.
No se si habrán sido cientos o miles de veces, las que he estado argumentando
con las personas durante la hora del masaje, acerca de ello. En la lectura de
los pies, siempre el resultado es el mismo: “No se ama usted” y es de esa
circunstancia desde donde creamos nuestra problemática, a nivel individual y en
el social.
Que podemos
saber del verdadero amor si nunca nos hemos amado, ni convivido con nuestro
amor. No respetamos ninguna de las partes, que necesitamos de nuestro Ser para
vivir en el mundo físico. No aceptamos ni lo que somos, ni la vida que tenemos.
Lo único que nos daría la felicidad sería estar en otro sitio, ser diferentes,
o tener lo que no tenemos. Lo que nos lleva a tratar de cuidar, los destrozos
que nos ocasionamos; tenemos tanto miedo de vivir nuestras vidas, que
preferimos entrometernos, dirigir, vivir y pasar más tiempo en las vidas ajenas
que en las nuestras.
No nos
preocupamos de nuestro cuerpo, obligándole a tragar sus alimentos, guardar los
deshechos y solamente cuando nos parece conveniente le permitimos echar lo que
le sobra y envenena. Esta relación con el cuerpo, viene de que nos sentimos
incapaces de mostrar lo que sentimos y expresar lo que pensamos, por falta de
respeto hacia nosotros. Vamos por la vida tragándonos todo, intentando llegar
antes o no tener que enfrentarnos a nuestras circunstancias, y la forma de
resolverlas es la de ocultar la cabeza en el agujero y tragar todo para no
saber lo que estamos viviendo.
La segunda
circunstancia que tengo que argumentar con la mayoría de las personas a las que
he dado masajes, es la de la gratitud. La mayoría de las personas, se tienen
por ser agradecidas, algo que en general me parece cuestionable y argumentable.
Nadie besa al armario que tenemos en casa, protegiendo nuestra ropa y que
oculta las cosas que no queremos que vean las visitas.
Casi nadie
muestra agradecimiento a los alimentos, las personas que han hecho posible lo
que usamos, ni a la vida que se expresa por medio de nosotros. Comemos descuidadamente
y vivimos descuidadamente. Sin respeto incluso por nuestro cuerpo, que nos
permite vivir en el mundo físico, ni a nuestra mente ni sentimientos.
En general
los problemas son: porque no nos corresponden a lo mucho que damos, porque
amamos y no somos correspondidos, porque nos entregamos a los hijos, los
necesitados, el trabajo, los amigos, los sueños, y al final nos quedamos solos,
porque somos honestos pero el entorno no nos deja vivir así.
Todos los
problemas son originados por los demás. Pero, ¿dónde está el amor por
nosotros?.
Debemos de confiar
en nosotros y vivir nuestras vidas, pero no por egoísmo, sino porque cuando una
persona ocupa demasiado espacio en la vida de otro, independientemente de hijo,
pareja, necesitado o amigo, esta estrangulando su libertad, su independencia, y
ocupando el espacio vital de esa persona para desarrollarse. Tarde o temprano
esa persona huirá de nosotros, porque quiere vivir su vida, porque le
recordamos que es incapaz de solucionar su vida, o un momento en el que no fue
capaz de vivir.
El confiar en nosotros y amarnos, debe de ser lo que nos
permita amar a los demás, y confiar de que son capaces de solucionar sus vidas,
nosotros al amarnos nos dedicaremos a resolver las nuestras, para con todo
hecho, poder prestar ayuda si nos es solicitada.
Amar, es confiar, es aceptar, es iluminar
la vida de la que formamos parte, es saber que ahora comienza todo, que los
errores de ayer, permanecerán en el ayer si no cargamos con ellos. Que el
momento de comenzar una vida correcta, en
la que nos amemos y respetemos, es
siempre ahora, que agradecimiento a la Vida y a los demás, es ser felices, disfrutando de la vida y sus circunstancias,
utilizando solamente lo necesario para que todos tengamos suficiente. Qué mayor
agradecimiento que aportar: a los demás, al Universo, a la Vida, nuestra
felicidad, nacida del amor a nosotros y a los demás.
¡¡¡Felices fiestas para todos!!!
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