Cuando
simplemente que llueva o no lo haga, sea de lo que dependa nuestra felicidad,
difícilmente nos permitirá expresar la felicidad de la que hemos sido creados.
Vivimos pendientes
de unos buenos días, a veces que nos sean dados por una persona que apreciamos
o queremos o que no nos sean dados por alguien a quien no apreciamos.
Planificamos nuestros días,
nuestras vidas, sin esperar al momento, programamos las cosas y los deseos,
pensando en las circunstancias idóneas, algo que difícilmente ocurrirá.
Sintiéndonos, ninguneados, manipulados o simplemente desgraciados, de que todo trabaja en nuestra contra.
Sintiéndonos, ninguneados, manipulados o simplemente desgraciados, de que todo trabaja en nuestra contra.
Miramos tanto nuestros deseos,
que nunca nos sentimos impulsados o en la necesidad con tener en cuenta la
voluntad de las otras personas. Ni las circunstancias o la responsabilidad que
tenemos cuando aceptamos integrar en nuestras vidas: objetos, animales, o compromisos, cuando lo
realizamos con libertad.
Nos sentimos tan seguros de
nuestras opiniones, que no aceptamos que nada, ni nadie, pueda actuar de otra
manera, solamente nosotros no sentimos que nuestras opiniones sean correctas,
para realizarlas nosotros.
Siempre supeditamos las
circunstancias de la vida, a nuestros intereses o deseos, hasta el punto de que
incluso los accidentes meteorológicos, tienen que adaptarse a nuestras
conveniencias o nos sentimos infelices.
Queremos vivir según nuestras
reglas y deseos, sin respetar nuestro cuerpo, nuestra mente o la naturalidad de
nuestros sentimientos, pero cualquier desviación de nuestra salud, es tomada
como un karma o un castigo de alguien, porque no aceptamos la responsabilidad
que tenemos en nuestras acciones.
Valoramos: libertinaje, nuestros
deseos, pasiones, ansias de poder y riqueza, olvidamos nuestra humanidad. Con ello la
convivencia que hemos creado simplemente nos produce: alegría con los logros,
insensibilidad para lograrlos, infelicidad por saber que somos los
responsables, consciente o inconscientemente de la manifestación de convivencia
que tenemos.
Pero seguimos pensando, que todo
tiene que adaptarse a nuestros deseos e intereses, lo que hace prácticamente imposible
que la felicidad pueda expresarse en nuestra forma de vida.
La felicidad es una parte de
nuestra naturaleza, heredada de nuestro Ser, algo que podemos expresar pero no
poseer. La felicidad nace de la libertad, que es otra parte de nuestra
naturaleza, heredada de nuestro nacimiento como Vida, para expresarla la base
donde puede arraigar profundamente y ser perenne, es la aceptación originada de
la parte de nuestra naturaleza, heredada de la manifestación de nuestra
realidad como Vida.
La Libertad no pertenece a
ninguna de las manifestaciones, no hay ninguna que tenga prioridad o
preferencia. Razón por la cual la Gran Manifestación de la Vida o Universo, es
libre en su relación, para crear el nuevo presente, pero cada uno de ellos es
el presente anterior, más todo lo que ha acontecido o dejado de acontecer, en
todas las individualidades y todas las interrelaciones, algo imposible de
medir, ponderar o determinar.
Aceptado lo que somos, y en
absoluta libertad, nos interrelacionamos con el resto del Universo, con una
sola condición, no podemos tener, usar o ser, algo que no exista en ese
presente.
El nuevo presente lo habremos
creado entre todos, y nosotros habremos realizado nuestra parte, es nuestra única
responsabilidad individual, siendo corresponsables en el nuevo presente
Universal.
La Felicidad expresada por
nuestra naturaleza, solamente podemos hacerlo desde la aceptación del Amor, y
realizando nuestra libertad, tanto como la libertad del resto del Universo, o
lo que es lo mismo Expresando nuestra naturaleza de Libertad.
Un buen día o nuestra felicidad, no nos tiene por qué ser deseado por nadie o depender de ello, los amigos deben confiar
en que sabremos hacer un buen día del ahora que comienza. Nuestra felicidad no
debe depender de que nos amen, sino de mostrar nuestra capacidad de amar. Nuestra
seguridad no debe sustentarse, en la opinión de los demás, sino en nuestra
propia aceptación de lo que somos, sin importar si somos inseguros, cuanto más
inseguros seamos, más seguros tendremos que estar de nuestra inseguridad,
porque esa seguridad, es la semilla de donde nace la felicidad de una persona
insegura.
La Felicidad constante, eterna, no puede ser un sentimiento, es una
forma de expresar lo que somos, porque la naturaleza de la que hemos nacido, es:
Vida, Amor y Libertad, su expresión natural es la Felicidad.
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