El jardín
para mostrar su esplendor, necesita una buena tierra, que el tiempo y las
circunstancias acompañen y un jardinero.
Este puede
labrar la tierra, adaptar el riego dentro de las circunstancias de la zona, acondicionar
los cuidados para las diferencias entre las plantas.
Pero no puede, hacer crecer una simple flor en la planta
que no las tiene, tampoco puede darle lozanía a la flor de una planta con poca
raíz, la belleza de la flor está en ella, que la flor crezca, depende de que la
planta tenga en su naturaleza dar flores, el jardinero solamente puede ayudar a
que la flor sea flor, pero no puede enseñarla a serlo.
Es por ello que el jardinero solamente
puede serlo, cuando el jardín le permite que lo cuide, haciéndole buen
jardinero cuando las plantas crecen y florecen desde el fondo de sus corazones.
El jardinero, pone agua, cambia o enriquece la tierra, confiando en que las
flores le permitan un día, florecer como jardinero. Pero no puede crear la flor.
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