La mayoría de
las veces, cuando tratamos de explicar los significados del Zen, nos vamos a: “Meditación,
Aquí y Ahora, el método para conseguir cosas o metas, o del Camino del Zen para
…”
Pienso, que casi
nunca tenemos una noción real de lo que significan esos términos, lo que
implican, ni lo que son en el Zen.
Dentro de los sutras, nos hablan
de que: “Todo es Vacío, Sariputra
todas las existencias tienen el aspecto de Vacío (ku). Son sin nacimiento ni
extinción, ni puras ni impuras, ni aumentan ni disminuyen.
Así en ku no hay ni forma, ni
sensación, ni percepción, ni formación mental, ni consciencia; ni ojo, ni oído,
ni nariz, ni lengua, ni cuerpo, ni consciencia.
No hay color, ni sonido, ni
olfato, ni gusto, ni tacto, ni pensamiento.
En ku no existe dominio de los sentidos. No hay ignorancia, ni cese
de la ignorancia, ni ilusión, ni cese de la ilusión no hay degeneración y
muerte, ni cese de la degeneración y de la muerte. No hay sufrimiento, ni
causa, ni cese, ni sendero. No hay sabiduría ni obtención, ni no-obtención.
Desde antes del
principio hasta después del final, todo es Buda, que incluso el Camino del Zen
es inexistente”
Tenemos la
certeza de que el Camino, la Realización del Zen, es difícil. La realidad es
que todo lo que tenga posibilidad de ser alcanzado, no es Zen.
Creemos que
si el Camino Medio incluye las dos orillas, bastaría con situarnos en el centro
del océano, para que desaparecieran. Creemos que ir caminando a una estrella, o
recorrer una galaxia caminando es algo imposible, incluso que hacerlo desde
Europa o América hasta Australia, no puede conseguirse. Cualquier persona que
tenga estos pensamientos, no ha entendido las dificultades que encontrará en el
Camino del Zen.
Elucubramos y
nos duele la cabeza pensando en vivir “Aquí y Ahora”, perdemos vidas y vidas
intentando entender lo que significa, estamos seguros que la aparente
simplicidad de ese “Ahora”, no debe ser tan clara, cuando es tan complicado
entenderlo, así que no digamos realizarlo.
El Ahora Zen es
simple, es: la Eternidad, el Ahora Eterno; desde que todo es Vacío, surgen los
Universos y vuelven a ser Vació, todos los ahoras que existen en un Ahora, por
supuesto, que como decía un Maestro a un discípulo que repetía sus mismas
palabras: “Estás totalmente equivocado”.
Si alguien piensa que llegar al Ahora Eterno, le habría llevado al Zen, estaría
totalmente equivocado.
El Zen es el
camino de lo imposible, de la paradoja, de las elucubraciones, porque el Zen,
solamente se propone una cosa: “Llegar desde donde está, a donde está;
convertirse ahora, en lo que es, ha sido y será; recorrer el Camino Infinito,
sin moverse, caminando eternamente desde aquí hasta aquí; ser Todo, conservando
su Vacío, su Ser Nada”.
Convertirte
en un Buda, puede ser más o menos difícil, pero es posible por medio de la
Meditación. Ir caminando a una estrella, aparentemente es complicado, pero por
medio de la Meditación, podríamos conseguirlo en el astral. La dificultad
añadida del Zen es que: “Tienes que meditar, siendo Meditación, convertirte en
Buda que es lo que ya eres, caminar hasta una estrella siendo Todo,
constelaciones incluidas”.
Podría seguir
elucubrando pero, Hakuin Zenji escribió hace tiempo lo siguiente:
Todos los seres son en
Naturaleza Budas.
Es como el agua y el
hielo; sin agua no puede haber hielo.
No hay Budas si no es en
los seres vivientes.
Al no saber qué es lo que
somos, lo buscamos lejos. ¡Qué lástima!
Es como el que llora de
sed estando en el agua; es como el hijo de una casa noble extraviado entre los
pobres.
La causa de nuestro
deambular a través de los seis mundos, es que estamos perdidos en los oscuros
caminos de la ignorancia; y nos hundimos cada vez más en la oscuridad.
¿Cómo liberarnos de
nacimiento y muerte?
La meditación Zen del
Mahayana excede toda alabanza.
La generosidad, la
moralidad y las demás perfecciones; invocar el nombre de Buda, el
arrepentimiento, la disciplina, y muchas otras correctas acciones; se
reencuentran todas en la práctica de la meditación.
Por el mérito de un solo
zazen, se destruyen los innumerables pecados acumulados.
No se encontrarán, ni se caminará por falsos caminos.
El paraíso de la Tierra Pura no está
muy lejos.
Si humildemente y con reverencia, escuchamos esta Verdad aunque sea una sola vez, alabándola y acogiéndola
llenos de felicidad, obtendremos infinitos méritos.
Entonces ¿cuántos más
méritos obtendrá, el que la dirige hacia su propio interior, realizando
directamente su propia naturaleza, siendo ésa naturaleza que es la no-naturaleza?
Ese ha trascendido las especulaciones
y la puerta que lleva, más allá de causa y efecto, donde todo es Uno.
Habremos alcanzado el
camino donde no hay dualidad ni trinidad.
Realizando la forma de la
no-forma, como realidad, cuando yendo o viniendo, siempre permanecemos en casa.
Tomando como pensamiento lo no pensado, si cantamos
o danzamos, simplemente somos la expresión de la Verdad.
Inmenso e ilimitado es el limpio
cielo del Samadhi; radiante es la luna llena de la plena sabiduría.
¿Qué más queda para ser
buscado? Cuando la Eterna Tranquilidad de la Verdad, se revela en nosotros.
Aquí mismo es el paraíso donde
crecen los Lotos, donde realmente este cuerpo es, el cuerpo de Buda.
La práctica del Zen, nos proporciona muchos
resultados, beneficios y méritos. Pero la Meditación no es alcanzar o saber
Zen, sino serlo.
...zazen...
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