ZOROARRASTRÁNDOSE
Cuando Nieztsche, lleno de vergüenza
por lo que veía alrededor, mandó al pobre Zaratustra para que nos dijese, cómo
se sentía, lo primero que hicimos fue mirarnos el ombligo, para entender el
significado de sus palabras.
Porque independientemente de las
palabras:
Es nuestro corazón, el que hace el entendimiento de ellas,
Es nuestra fortaleza, la que acepta que es nuestro
entendimiento el importante y no lo que nos han dicho.
Es nuestro Ser, el que tiene la Meta y nosotros debemos
hacer el camino que lleva a ella. No esperar que alguien nos lo descubra, que
alguien nos lleve, que lo haga entendible para nosotros, que nos explique, nos
lleve y viva nuestra meta. No podemos relegar nuestra responsabilidad
individual en: el grupo, la sociedad, la religión, la política.
No sé si
Nieztsche, leyó libros acerca de las enseñanzas budistas u orientales, supongo
que sí. En una época de grandes cambios, tanto políticos, como sociales y de la
mentalidad en el entendimiento de la sociedad, es natural que una mente
inquieta y estudiosa, mirase más allá de sus fronteras o cercanía.
Qué pudo ver
en tanto cambio y tanta guerra: Revoluciones por la libertad, pero guerras. Luchas
por una mejora social, pero luchas. Grandes cambios en la religión, pero solamente
para el bienestar y beneficio del cuerpo, buscando más la comodidad y adaptarla
a nuestras conveniencias, que a la mejora humana.
Todas ellas
con una cosa en común, las masas movidas por los pastores, por los que buscaban
el poder, los que buscaban el control y la riqueza, los que adoctrinaban a los
borregos.
Muchas veces
se habla del: nihilismo, misoginismo, la crítica religiosa, social, y tantas
otras críticas que desarrolla en su filosofía. Incomprendido en su época, ha
sido subido a lo más alto del faro, de personas que defienden lo que los que le
rechazaron entendieron, su crítica a todo lo establecido.
Qué puede ver
una persona, al mirar a una sociedad que no busca la excelencia de la
individualidad.
A unas
personas que toda su fuerza está en los poderes sobre los demás.
Una sociedad
que mantiene su equilibrio, destruyendo el mal en los demás.
A un hombre
que toda su búsqueda y esfuerzo está en que alguien le proporcione bienestar.
Un mundo
continuamente en guerras para establecer a otros en el poder, sin verdadero
desarrollo individual.
El hombre
sumido en su satisfacción, de eternas quejas y peticiones a los demás, ese que
nunca aprendió a amarse, a respetarse, a aceptarse, a elevarse, a encontrar su
verdad, buscando y deambulando, intentando encontrar lo que nunca existió en su
exterior.
Sus lágrimas fueron expresadas por
Zaratustra: “dios ha muerto”, contestadas a coro por la Humanidad: “¡¡Viva
Dios!!”, no el de los cielos, sino el de cada corazón; no el que vive en
los demás, sino el que vive en mí; no el que se encuentra en la guerra, sino el
que vive en nuestra paz.
No hay religión, no hay sociedad, no
hay poder, más allá de mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario