No pretendo molestaros

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Yui Shin

martes, 10 de febrero de 2015

¿DUDA, VERDAD?

          Mi Maestro, muchos escritos Zen, el propio Buda nos hablan de la “duda”, de la “Gran Duda”. La Gran Duda de la Vida y la Muerte, ¿Qué es la Vida, qué soy yo, por qué el sufrimiento?, ¿La Vida es eterna, o existe una Muerte Eterna?.
           Lo primero que me quedó claro de las palabras de mi Maestro fue, que la duda y la desconfianza, no tenían nada que ver la una con la otra. Que tampoco dependería del número de respuestas que encontrase, mi hacer en la búsqueda de la Duda, que la búsqueda es simplemente buscar, sin mirar lo que vas encontrando, porque si lo que encuentras no es a ti mismo, es que has desviado la mirada, para cotillear en la búsqueda de otro.
          La búsqueda de Buda es, la búsqueda de la Verdad. ¿Qué Verdad?, si hubiese más de una estaría buscando “la verdad”, la pequeñita integrada en la Verdad, no la Verdad integradora de todas las verdades”.
          Por eso en una de sus frases nos dice: “No creáis nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen; creedlo después de someterlo al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia”. Porque una cosa es clara, no se puede caminar con los pies de otro, ni llenarse la tripa cuando los demás comen. La Verdad nuestra, no puede estar sustentada por otras verdades, sino por sí misma, pero integrada con ellas, sin perder su individualidad. Solamente hay una persona responsable de nuestra Verdad, y esa persona es “yo”.
          La búsqueda de la Verdad en Zen es clara: “Una gran duda, conlleva una gran iluminación; la pequeña duda, una pequeña iluminación y ninguna duda ninguna, iluminación”. Esto no quiere decir que halla iluminaciones pequeñas o grandes, o que la realidad de la Verdad, dependa de si la encuentras. De la misma manera que si no has visto o ido a Australia, siempre estará en su sitio; de la misma manera seguirá estando tu Verdad en el mismo sitio, en el que permanecerá antes y después de encontrarla, en ti.
          Como sabéis, ha nevado un montón por la zona de Palencia. Durante dos semanas no he podido salir del pueblo y a lo largo de una de ellas, ni tan siquiera del interior de la casa. Afortunadamente tenía comida, que había comprado con anterioridad, en Aguilar de Campoo y en Reinosa, parte de ella es de la zona, otra viene de diferentes puntos de España y otra del otro lado del océano. He podido abrir el grifo y tener agua, incluso caliente, gracias a un calentador eléctrico que me instaló un fontanero, como supondréis también he tenido electricidad, por eso ha funcionado el calentador, la luz, he visto la tele y he escrito y publicado algunos de los artículos como habréis podido observar.
          Podría hablaros de la ropa, de las sabanas del Pirineo, de los nórdicos de mi cama y todo lo que me ha permitido en esta Gran duda entre la Vida y la Muerte, observar y saber, a quién le debo dar gracias por la Vida que me inunda en estos momentos, en lugar de la Muerte. Podríamos ver el dedo: toda esa gente que ha permitido, que con las condiciones de vida en estas semanas, halla estado caliente, pudiendo existir entre la nieve. O acaso mirar la luna: esa sociedad que durante siglos, ha permitido resistir a sus miembros tantos inviernos, calamidades y circunstancias adversas. O mirar la Vida: que se manifiesta en todo ello, incluida la nieve y las circunstancias adversas.
          Miramos tratando de encontrar la Verdad, pero lo hacemos siempre fuera: en sabios, en Maestros, en religiones, en poderosos, reyes, política. Una verdad concreta y consistente, inmutable, que permanezca en un mundo y circunstancias cambiantes en un mar de impermanencia.
          Buscamos una Verdad Espiritual, en un mundo de materia, en el que como dijo Buda: “Si hay solamente espacio, sin soles o planetas en él, entonces el espacio pierde su esencia”. La Verdad Espiritual, solamente existe en el mundo del Espíritu, en un lugar donde no existe nada más, ¿Quién podría saber de la Verdad o la Mentira?. Un espacio que no alberga nada, ¿que espacio puede ser, o quién lo conocerá?
          La Gran Duda, solamente puede encontrar una Verdad, que soy yo. La Verdad es la confianza en que hay un solo yo, que somos Todo. Encontrar la Verdad, es no saber de la Verdad sino serlo, siendo tú.
          Como decía mi Maestro en su inglés: “Everything, just one”, Todo es Uno.
          Como dijo Buda: “Estamos en este mundo para convivir en armonía. Quienes lo saben no luchan entre sí.
          A veces una simple nevada te puede dar la respuesta a la Gran Duda, de la Vida y la Muerte. Pero esa Duda tiene que vivir en ti, no en la desconfianza de lo que nos espera, sino la confianza, que entre todos mantendremos la Vida que somos, luchando individualmente, por responder la Gran Duda, que es de Todos.


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