Amor: Entrega y
aceptación absolutas.
Podríamos pensar
que falta el objeto y el sujeto del amor, pero es imposible que los pueda haber,
porque el “Amor” como tal es una ausencia total de yo, para pasar a ser una
Seidad con lo que lo recibe o es aceptado. En Él no puede haber percepción,
porque no existe la dualidad, no puede haber ni percepción de sí mismo, por ser
Vacío, Nada, para poder aceptar y entregarse sin modificar, a lo que existe en Él.
Es por ello
que es la Esencia, la Naturaleza de la Vida Absoluta, aceptando y entregándose
a los Universos que existen en Ella, sin discriminarlos, sin percibirlos, sin
modificar lo que cada expresión de ella es, entregándose al 100% a lo más ínfimo
y a su Absolutez.
Amar: Es el
sentimiento de entrega y aceptación absolutas, a lo amado.
Al ser un
sentimiento, se necesita un sujeto que ame y un objeto receptor de este amor. La
entrega y aceptación deberían ser las mismas, esto es el sujeto, tendría que
perder esta condición, al entregarse y aceptar, sin modificar al objeto amado.
Parece imposible
de conseguir, pocos recordarán haber amado así a alguien, porque lo que
intentamos es poseer a quien amamos, en lugar de aceptar y entregarnos. Pero es
de este sentimiento, de esta relación con la vida que nos rodea, de lo que
suelen hablar los Maestros Iluminados. Por eso nos cuesta tanto entenderlos,
saber de qué están hablando.
Supongo, que
la mayoría de la gente ha olido al menos una flor en su vida, los que no tengan
olfato habrán acariciado o sido acariciados, o al menos habrán visto un
amanecer o atardecer, o saboreado algo que les halla agradado o desagradado.
Hablando de
la flor, ¿Cuántos de vosotros cuando la está oliendo, está pensando: que lo que
huele es el olor de la flor, que puede hacerlo porque él no es la flor, que el
olor y la flor son diferentes, que este olor es más agradable o desagradable
que el de otra flor o el de la basura, que puede olerla porque está vivo y que
no podría si estuviese muerto, o la pregunta vital de si estaré soñando?
Es un momento
en el que hemos vivido, “aquí y ahora”,
sin saber de yo y la flor, nos hemos
entregado a estar oliendo la flor, todo el resto del Universo ha
desaparecido, ni siquiera había flor, o perfume o yo, inmediatamente hemos
empezado a analizar el olor, a compararlo, a centrar nuestra atención en otra
cosa. Pero esa sensación de estar vivos, de felicidad que “éramos en el olor de flor”, también se ha ido, hemos salido del “aquí
y ahora”.
Amar, perder nuestro yo, parece que es el no
vivir, pero todos Los Maestros Iluminados, nos hablan de una Vida de Amor,
porque no hay otra.
Amar, significa no poder hacer daño a
nada, sí, sí, A NADA. Vemos guerras, abusos, falta de honradez y
honestidad, malos tratos en las
familias, a los niños, a las personas de nuestro entorno, a la naturaleza,
dejamos nuestra basura ensuciando más allá de nuestro planeta, aún así creemos
que amamos. ¿Sabemos lo que es amar?.
Después de oler la flor, recordamos el
momento como felicidad, pero ha sido el momento en el que hemos sido Nada.
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