Como siempre que traduzco desde
escritos o charlas de mi Maestro, lo hago desde la traducción al inglés, con
las limitaciones que tengo, y aceptando la responsabilidad de los errores que
he cometido al traducirlo.
Big mind, joyful mind,
parental mind
Completamente
envuelto y protegido por todo el universo, eres como los montes, como los
mares, como el gran cielo que no conoce límites. Esta maravillosa, gran
inmensidad es tu propia mente, "La Gran Mente". Para despertar a esta
Gran Mente, simplemente haz aquello que estás haciendo en este mismo momento
con todo tu corazón. Si lo haces entregándote totalmente, sin ninguna duda este
mundo, te será revelado, despertando a la Gran Mente, al disolverse inevitablemente
la férrea cárcel del “yo”.
“En una entrega absoluta”, es probablemente la clave, para realizar
que la mente de cada día es exactamente la Gran Mente.
"La
Mente de la Felicidad" es la mente que no puede dejar de sentir gratitud.
No es que te sientes agradecido porque se supone que tienes que hacerlo, sino
que no puedes evitarlo. Se siente tanta gratitud que irradia como alegría. Y desde
esta infinita alegría, surge la amabilidad, la bondad que nace de agotar profundamente
el pequeño yo, origen del ego, para convertirse en uno con los demás. Esta es
la "Mente Paternal".
Cuando
la Gran Mente, La Mente de la Felicidad y la Mente Paternal se unen como un
solo cuerpo, simplemente esto en sí mismo es la Mente del Bodhissatva.
Esforzarse en que sea esta actitud mental, practicando para
fortalecerla, entregándose hasta el punto que es ella la que rige nuestras
vidas y no nosotros el control de la mente. No es silenciarla la meta de la práctica,
sino que ella nos hable en Silencio.
¿Y no
debería ser esta, de hecho, la base de toda la educación de nuestros hijos?
Shakyamuni Buda y los patriarcas enseñan esto en los fundamentos de la
educación. “Cada niño es desde el principio
el maestro de la Gran Mente”. Si se anima a que salga a luz este corazón,
el niño desarrollará de manera natural la alegría, y los problemas se resolverán
por sí mismos. Cultivando de forma gradual estos aspectos de la vida, el niño
se convertirá en un ser humano que es sensible al dolor de los demás. Esta
empatía con los demás, hará brotar la
alegría por sí misma.
No
importa el estudio exhaustivo, la cantidad o temas de los libros que lees o lo
mucho que sabes de la teoría, este tipo de conocimiento sólo puede ser una
ayuda, pero nunca el motor, la energía, que nos conduce hacia la paz de la
mente. Y en realidad, si uno no tiene cuidado, el conocimiento teórico puede
incluso ser un obstáculo. Lo importante es dejar ir de la mente y el cuerpo y
refugiarse en la verdad misma. Es una cuestión de permitirte a ti mismo, todo
lo que puedas, para reconocer la verdad, vivir con sinceridad y aceptación en el
aquí y ahora, que es la Realidad de nuestra vida.
Es cuando se nace y vive en esta realidad, cuando se vive en los
valores y la responsabilidad que la Vida y nuestra Libertad, nos otorgan,
cuando sin hacer nada, la Gran Mente se manifiesta en y por nosotros.
No es el tiempo de meditación, ni tan siquiera vaciar algo, sino el ser
Uno con todas las partes, lo que nos hace ser Vacío Absoluto. No conceder
existencia real a algo que pueda desecharse o ser desechado, de nosotros, del Mí
o Yo. Porque no hay nada que saber u olvidar, en la Gran Mente solamente existe,
el SER.
Si
ves sólo las diferencias entre tú y los demás, te sientes fácilmente irritable,
demasiado sensible. Si vives solamente para cuidar de tu pequeño ser, protegiendo
tu pequeño cascaron, protegiendo tu individualidad separada por encima de todo,
tarde o temprano se desmoronará, ¿no es así? Así que regresa de nuevo al punto
de partida, vuelve a tu verdadero hogar, el hogar de todo el Universo, que es el mismo para todos los seres. Quiero
veros despertar al verdadero Ser.
Fragmento de un “Teisho”, de mi Maestro.
Por
favor, por favor abre los ojos: todo está lleno de vida. Grandiosamente
Vivo. Esta es la felicidad de la Felicidad. En este "aquí y ahora
" que nunca puede ser destruido. La luz ilumina brillantemente, la
eternidad de nuestra vida, justo ahora. ¡Qué alegría hay en esta claridad. Por
favor, cuida de tu brillante Naturaleza de Buddha. Esforzándote en
apreciar y valorar ser uno en ella, sin por ello sentir arrogancia.
Nadie
debe sentirse insignificante, ni mirar o menospreciar a nadie, nadie debe
sentirse superior, porque no hay superioridad de unos sobre otros.
Entonces,
¿quién somos para sentirnos vanidosos y orgullosos, cuando nuestro origen es el
mismo que el de todo lo demás? estamos soportados, nos nutrimos, estamos
protegidos por todos los seres. Por la gracia existente en la unión de todos
los seres, cada uno, es todo el universo.
Sintiéndonos
uno al realizar cada respiración,
siempre unidos. Por favor, nunca abandones el tesoro infinito que es tu
propio ser. Sin desviarte, sin mirar hacia otro lado. Sin retener, sin
poseer nada. Todo lo que hay está en el “aquí y ahora, fresco, nuevo,
vivo.
Realízalo,
solamente haz tu práctica, Ahora, con total entrega y dedicación.
No es algo exclusivo de estar sentados en meditación, es ser Meditación
en toda actividad o inactividad, conservando esta actitud, porque la práctica
no es meditar, sino la Vida en Meditación.
Es por ello que el origen es la Gran Mente, y es practicar la vuelta,
encontrar el camino de retorno a Ella, lo que estamos haciendo. Volver a lo que
somos, en el eterno Aquí y Ahora de la Gran Mente.
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