Quién, ante
una situación extraordinaria o en el intento de alcanzar una meta, importante o
grande, no está dispuesto a dar lo mejor de sí mismo, a esforzarse, el tiempo
necesario para resolverla o alcanzarla.
Pero como decía
el Maestro: “La Gran Mente, lo Grandioso de la Vida, es la mente ordinaria, el
día a día, los momentos, los matices”. Precisamente lo que nunca miramos por: nimios, superfluos o carentes de importancia.
¿Vemos
igual la frase?: Es de gran importancia para nuestras vidas, leer buenos libros.
Que, “Es importante, lo que entendemos cuando leemos”.
Ser
amado, que te respeten, nos proporciona gran felicidad, pero, cómo compararla
con: “Amar incondicionalmente”.
Meditar,
vivir aquí y ahora, nos acerca a grandes metas, pero, “Ser Meditación, el Aquí
y Ahora, es el “Ichi Tantei””, la distancia, entre pretender hacer, y ser.
Vemos
la falsedad de las religiones en la vida, pero, “Cómo podemos, viviendo con el
corazón, en el amor, no ser la Religión de la Vida”.
Luchamos
para que los poderes nos den nuestros derechos, origen de la justicia e
igualdad en la vida. “Ejerzamos nuestra responsabilidad, para que los poderes
sean simplemente organizadores, y no hagan falta los derechos, ni desear
justicia e igualdad”.
Son
estos pequeños matices, los que verdaderamente nos libran de los deseos, para
ver nuestras realidades; nos permiten olvidar el pedir, para dar; no mirar lo
que somos, son, tenemos, o lo que hay, por mucho o poco, sino suficiente.
Luchamos
y nos esforzamos, por avanzar y progresar en todos los aspectos de nuestras
vidas. No es preciso, esforzarse, ni luchar, para vivir. No podemos avanzar, ni
mejorar, cuando nos entregamos totalmente a vivir, cada ahora de la Vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario