MURIENDO AL CAER

          En el mundo animal, vemos cómo los depredadores una vez adquirida la presa, retozan y comparten espacio con su comida. Olvidadas las circunstancias apenas sucedidas. Los peces dicen que tienen memoria fotográfica, que en ellos significa que solamente recuerdan mientras está sucediendo la foto, me pregunto si será que no tienen que recordar, ni olvidar, porque no han aprendido nada.

          Ha habido un accidente horrible, una persona, ha perdido la razón en el momento y con el tiempo suficiente para realizar un crimen, en el que han muerto gran cantidad de personas, inocentes, sin deseos de morir, sin que por sus cabezas pasara la mínima idea, que no tuviese que ver con seguir su vida familiar y social, luchando por sus ilusiones y necesidades.

          Ha bastado que una persona tuviese unos minutos de desesperación o locura, para que todos ellos perdiesen la vida.

          Nos hemos horrorizado con ello, las noticias, los medios de comunicación de todo el mundo se han hecho eco, todos piensan ahora en encontrar el fallo, las personas, los sistemas, los protocolos que han hecho posible este horror. Todos nos preguntamos cómo la compañía, sus compañeros, el sistema, no han sido conscientes de la situación de esta persona, de quien dependían tantas vidas.

          No es noticia, las personas normales, los que hacen lo que sus derechos y la sociedad considera normal, eso está controlado por nuestra memoria animal y muchas veces por la de nuestra época de anfibios, cuando éramos casi peces.

          Cada momento de nuestras vidas hay personas normales y autorizadas por todos a: correr con el coche a 200Km/h., destruir bosques para hacer carreteras, a violar niños, robarles sus derechos, explotar a personas en trabajos y situaciones denigrantes, robarles: la vida, sus posesiones o su dignidad, obtener beneficios explotando: situaciones, necesidades, ignorancia, indefensión, bajo amenazas, guerras de ambiciones, guerras que siendo todas inhumanas algunas lo son especialmente.

          Probablemente en una hora, todas las horas del día, todos los días del año, estamos matando más personas, con estas prácticas, que una persona enajenada en unos minutos, pero no es noticia porque sucede continuamente, cada minuto, durante toda nuestra vida.

          Tribus y especies desaparecidas, personas que nunca tuvieron niñez, pedofilia, venta y tráfico de personas, tráfico de drogas que matan a veces el cuerpo y siempre nuestra dignidad y humanidad, explotaciones que matan a la Tierra, sus mares, sus tierras, sus aguas, su aíre, que siendo de ella, somos nosotros los que los necesitamos y morimos por estar matándolos.

          Qué decir de los asesinatos de fetos, que no son preguntados, que no les son dados derechos, que no son nada más que una molestia, algo inconveniente o no deseado, que son mandados al limbo, no al religioso sino al de las leyes, con el dinero de todos.

          Pienso que no nos faltan leyes para encontrar, lo que una persona puede sentir en un momento determinado, algo difícil de hacer. Deberíamos practicar la memoria, para recordar que somos embriones de seres humanos, que no debemos dejar que una sociedad cómoda nos aborte, recordar los valores, la ética y la responsabilidad para con la Vida que ello nos confiere y poder tratar de evitar tanto crimen, tanto asesinato como no sale en las noticias por ser la Humanidad Abortada.