A veces no es
fácil ser capaz de cargar con las propias opiniones, por ello en búsqueda de la
comodidad, tratamos de encontrar alguien que nos diga la opinión que debemos de
mantener.
Todos los
periodistas en general, se han echado en las espaldas de un político por decir
algo que aún siendo una pregunta retórica o normal, no es políticamente
correcta, negándole la libertad de expresión que ellos reclaman.
Si yo hubiese
analizado las palabras de mi Maestro, desde luego seguiría sin tenerlo, pues no
habría aprendido nada nuevo. No sería como resultado de que Él no me hubiese
enseñado, sino que yo nunca me habría preguntado acerca del significado de lo
que decía con una mente limpia, habiéndolo hecho desde la opinión de mi ego,
desde lo leído o aprendido de alguien que no había hecho mío, o comparando con
lo que dicen los libros.
Solamente desde
ser una página en blanco, puede escucharse a la Vida encontrando al Maestro, el
conocimiento que lleva no a saber más, sino a la Sabiduría de no saber.
Si miramos
los debates, las noticias o leemos los periódicos, es fácil comprobar que muchos
periodistas, no se atreven a dar opinión sobre un hecho, si no sabe la afiliación
o de quien es amigo el que lo ha realizado. Vemos cómo están condenando a
alguien por lo que ha hecho, no por la acción, sino por su pertenencia a uno u
otro grupo. Defendiendo o intentando esparcir la mierda si el que lo ha hecho
es de su ideología o benefactor, de una manera u otra.
Vemos a
Pedro, atacando por todos los lados, intentando llenar todo de mierda, para que
no sepamos de donde viene la peste. Al parecer nunca ha oído hablar de España
ni de sus gobiernos anteriores, ni nunca ha pertenecido a ningún partido que no
sea el PSOE que comienza hoy, todos los dineros que desaparecen en las
administraciones socialistas no hacen que vea un solo culpable en su partido. En
los demás se puede remontar a Viriato, para llenar de reproches, culpabilidades
o ignorancia a todos sus componentes, con buena verborrea, llena de parcialismo
o ignorancia, sin identificar el origen del olor.
Estamos de
nuevo en una lucha torticera entre partidos y ¿políticos?, en la que cada día
salen nuevos casos de corrupción, nuevas filtraciones para esparcir mierda
hacia un partido y restarle votos, en la que vemos la falta de honestidad, no
solamente de unos pocos, o de un solo signo, o de la política, sino en el
potaje.
Si tan solo
uno de ellos saliera y pudiese tener la honestidad de decirnos, “Me habéis
pillado, es verdad he sido yo y aquí tenéis lo que he robado, lo he dicho yo,
lo he filtrado yo o lo he publicado para dañar a este partido, aquí tenéis
todos los papeles que hemos podido salvar de ser triturados, ….”. Probablemente
si hubiese honestidad, ninguna ley tendría que ser pensada para evitar las
filtraciones o las publicaciones, o los debates de profesionales de la información,
para no tener que defender el derecho a la información, dirigida, adoctrinadora
o interesada, sino que nos sería ofrecida una información que nos permitiese ejercer
nuestro derecho a decidir sin haber sido manipulados.
Hace años,
hubo un vuelco electoral, por sucesos trágicos sucedidos poco antes de unas
elecciones, ahora los sucesos no llegan a esos niveles, pero debemos tener en
cuenta que hay países en los que sigue habiendo ese tipo de acciones, que
cualquier enajenado que escuchando las noticias, las soflamas de algunos políticos
o harto de tanta corrupción de los otros, pretenda ayudar a cualquiera de ellos.
Posteriormente nadie sabe nada, todo es de un enajenado, pero deberíamos pensar
más en la honestidad de nuestra información, de cómo expresamos nuestras
opiniones, porque la solución sería que fuésemos capaces de escuchar sin
mostrarnos como borregos o dejando que piensen por nosotros o que nos den un
carnet que emita nuestra opinión desde el rebaño.
El derecho a la libertad de información, no
da derecho a que lo que se dice tenga como fin manipular a los que reciben la
información, que ser profesional de la información sea sinónimo de tener un
carnet o intereses políticos, que lo que se publique sea una filtración
malintencionada y sea publicada para manipular nuestra opinión. Pero es verdad
que tiene que haber derecho a la libertad de información: veraz, honesta, para
enseñar, educar, formar y ayudar a que la opinión creada sirva a la humanización
de los que la recibimos.
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