El
nombre, el concepto Vida, podríamos decir que incluso el concepto de concepto,
ha sido creado por nosotros. La base de su desarrollo y definición comienza con
el despertar del hombre, el despertar de la capacidad de crear abstracciones
desde una mente incipiente, porque eso es generalmente un concepto: “La abstracción mental de una observación,
que se toma como real, o posibilidad de realidad”. Es una simple explicación,
definición o abstracción de algo que no es la propia definición, porque es algo
que nosotros hemos explicado o definido en nuestra propia mente, por eso digo
que es una abstracción.
Hemos intentado
explicarnos, lo que nos rodeaba y el por qué y cómo, de su existencia, ese
estar acompañándonos en y compartiendo, el entorno perceptible que ocupamos.
Hemos observado
que hay una impermanencia, mientras podemos observar lo que hay, le llamamos
vida y cuando desaparecían muerte. Hemos visto que había muchas cosas que todas
dependíamos unas de otras, le llamamos convivencia, dependencia, funcionamiento
de una individualidad. Vimos el bien y el mal, para nuestra permanencia. Observamos,
que había un espacio que ocupábamos que debía de estar vacío para poder hacerlo,
viendo que todo tenía que ser así, definimos que el Universo existía en el Vacío,
que el Vacío tenía que ser anterior al Universo, para poder ponerlo en él.
Viendo esta
interdependencia, este funcionamiento como Unidad, vimos que lo que favorecía
la vida, la existencia de una individualidad le llamamos dios, por eso: “El
dios del árbol, de las estrellas, del cielo, del bosque, del río, …., cada gran
o importante individualidad tenía su dios propio, cuando no, era el dios grupal".
Es de estas
explicaciones de donde nacen nuestros conceptos, de las explicaciones que desde
nuestro origen, hemos encontrado a nuestra existencia, a nuestra vida y a la
vida del entorno que percibimos. No por ello son menos reales, no porque los hayamos
creado nosotros, Dios, el Dios Absoluto, la Vida Absoluta y Eterna, son menos reales.
Los conceptos
son la abstracción de lo que consideramos que somos, en nuestra individualidad
personal, humana y Universal. Su realidad podemos verla en la observación, cada
vez que vamos en contra de esos conceptos nos creamos problemas, infelicidad,
insatisfacción, porque es lo que hemos determinado que somos.
Hemos llamado
Dios: a lo Absoluto, a la Unidad, a lo Eterno, al Amor, al Vacío que acoge
Todo, pero no es la definición de un concepto ajeno a nosotros, porque lo que
define es nuestra Vida, nuestra Realidad, a Nosotros, como individualidad colectiva
o propia, de lo que creemos ser en aislamiento o separación del resto de
nuestra Individualidad.
Nos hemos encerrado en no querer
observar, en no aceptar nuestra responsabilidad, en la negación de lo que desde
el principio de los tiempos hemos creado como explicación de lo que somos, nos
hemos escondido en las interpretaciones de los demás, de algunos, en lo que
hacen o dicen determinados grupos, negándonos a ser los responsables de la
existencia y manifestación de Dios.
Porque el concepto de Dios define
simplemente lo que somos, por eso matar a Dios no lo destruye a Él, sino a
nosotros. Es la célula la que se transforma cuando aparentemente muere, no el
tejido, el cuerpo. Por eso no es el concepto de lo Absoluto el que muere cuando
definimos diferentemente a las partes, o las cambiamos, o las destruimos. No
desaparecen las estrellas, el cielo, las constelaciones o los Universos, cuando
negamos o matamos a Dios, ni tan siquiera desaparecemos nosotros, solamente
anulamos o escondemos la Humanidad que lo creó.
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