Fue siendo
niño, cuando mi padre huyendo de la miseria y hambre andaluza, eligió Madrid en
lugar de Cataluña, para buscar comida para la familia. Muchas gentes de mi
pueblo, al llevarse las fábricas de hilaturas a Cataluña, que era lo que
proporcionaba la economía y posibilidad
de comer, a sus habitantes y fueron vendidas por los “señoricos” y los poderes. Al igual que en la
venta de cualquier “cortijo”, los esclavos, los sirvientes, los obreros, se incluían
en el contrato. No todos, solamente los que los compradores aceptasen y
agraciasen con el favor de considerarles útiles, por: su juventud, apariencia física
o conocimientos.
En Madrid, me
quitaron el acento andaluz en las horas del recreo, pero también me enseñaron a
amar Andalucía, tierra de filósofos, emperadores romanos, hogar del
conocimiento y formación de humanidad. Nunca intentaron cambiar mi condición
andaluza, a pesar de vivir en la capital de una dictadura. Ahora amo Madrid,
pero soy andaluz, amo Córdoba y soy madrileño. Hay en la educación y en el
conocimiento, algo que es lo primero que intentan destruir en los
adoctrinamientos: “La condición Humana es apátrida”, la humanidad ama el
conocimiento y se enriquece de las diferencias, la humanidad ama, incluso a los
poderes, a los “señoritos”, a los que por alcanzar el poder adoctrinan,
aborregan y nos roban la humanidad y capacidad de pensar y discernimiento individual.
La división
normal en Cataluña entre “charnegos” y catalanes, es la que he vivido en Japón
entre “gaijins” y japoneses. En todas partes están los extranjeros y los
nacionales, son situaciones políticas que la costumbre ha hecho que parezcan naturales,
pero no lo es en la Humanidad, en la condición humana.
El conocimiento
que no el saber, el conocimiento que intenta llevarnos a desarrollar la condición
humana, ha viajado mezclado en las conquistas políticas, por su condición de apátrida,
de aconfesionalidad, ha viajado con las religiones también en su peregrinar, en
su intento de crear una sociedad Humana. Podemos verlo en la expansión del
cristianismo, el Islam, Carlomagno, en las sucesivas invasiones de China, de
India, y en los movimientos políticos de las cunas del conocimiento. Cualquier expansión
era aprovechada para llevar el Conocimiento donde se cimenta la Humanidad.
En nuestros días
vemos cómo: “Ser charnego” no
significa nacer fuera de Cataluña, sino que en tu adoctrinamiento te atreves a
pensar por ti mismo; cualquier huido del hambre o hijo suyo, puede unirse a los
“señoritos catalanes”, aceptando su condición de borrego adoctrinado. Para ser “señorico catalán”, no es necesario
haber nacido en Cataluña o tener una ascendencia catalana, es suficiente querer
tener un cortijo, o ser pastor.
Haber nacido en Cataluña, tener
apellidos catalanes, que tu familia desde la prehistoria, haya nacido en
Cataluña o por el nombre que se conociera en el momento, no significa que seas
catalán. Pudiendo ser expulsado o apartado de la sociedad y del territorio, si
no aceptas el adoctrinamiento y lo que te sea dicho, por los que quieren llevar
la cultura que les desterró de su lugar de nacimiento: “del cortijo, los señoritos,
la esclavitud del pueblo, la incultura, el desconocimiento de condición humana,
la exclusión, y la subordinación a sus deseos y doctrinas.
Los Países Catalanes nunca existieron, Cataluña ha sido vasalla de: Los
reyes de Aragón, Baleares, valencianos, franceses, castellanos, pero nunca ha
sido un reino. No implica que no tenga su individualidad, pero la realidad es
que en la Vida no hay nada que sea independiente.
Pueden reclamar todos esos reinos, a los que han pertenecido, pueden
reclamar Andalucía, por medio de la doble nacionalidad de los “Adoctrinados
catalanes”, pueden llegar a ser: “la Península Ibérica de Cataluña, o la
Comunidad Europea Catalana”, es simple continuidad del adoctrinamiento, pero
nunca llegará a estar poblada por gente, por seres luchando por ser humanos, nunca será un
lugar de conocimiento, un lugar así nunca podrá considerarse una: “Apátrida de la Humanidad”.
No puede existir un lugar que se rija por: “El adoctrinamiento, la
exclusión, la mentira, el aborregamiento, la falta de discernimiento y opinión
individual, la separación, las clases”, donde pueda vivir la humanidad y el
conocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario