En vivir correctamente, en los
votos que se hacen en diferentes grados de compromiso con la enseñanza de Buda,
nos hablan de utilizar correctamente los órganos, las situaciones, cuanto somos
a nivel individual y en el colectivo.
Nuestra cultura
nos ha llevado, a entender los diferentes órganos como partes que nos
pertenecen y que nosotros intentamos mejorar según nuestros deseos y
conveniencias. Así cuando hablamos de nuestro oído, de nuestra nariz, de
nuestros ojos, utilizamos el concepto de que tenemos que mejorarlos a ellos. Nuestra
idea es que hacerlos mejores es en nuestro propio beneficio.
Con este
concepto, por ejemplo con nuestro cuerpo, tratamos de mejorarlo a base de: “Una
buena dieta, ejercicio, medicinas en cuanto tiene algún problema, le abrigamos
o refrescamos según la temperatura, le vestimos y arreglamos para que llame la
atención y hacerle atractivo, ….”, podríamos decir que le cuidamos para que no
nos de problemas, que desde el exterior tenga buena apariencia, en general para
que haga lo que deseamos. Pocas veces es mirado como una parte de nuestro ser,
de que somos sus Maestros, sus responsables, por lo que podemos pasar días y
años sin beber agua, aún sabiendo que la necesita; esperamos que nos venga bien
ir al baño o que el cuerpo no aguante más, para permitirle ir; no sabemos
generalmente lo que está comiendo, ni tan siquiera estamos atentos a cómo come,
porque al hacerlo automáticamente, metiendo cosas en la boca y moviendo las mandíbulas,
nosotros nos dedicamos a estar pendientes de otras cosas; esto impide que
percibamos cuándo ha comido suficiente o que pueda preparar las enzimas para
digerirlo. Estos pequeños detalles son los orígenes de problemas que
posteriormente solucionamos, metiéndole un chute de químicos o un protector del
estómago, que le arregla el hígado y los riñones.
Hay filosofías
que sus relaciones de partes de un sistema energético y otro, les lleva a pensar
en analogías tales cómo: “Líquidos-emociones, sólidos-mente, respiración-actitud
o aceptación hacia la Vida.
En Budismo se
habla a menudo de la No-Mente, en algunas partes se habla de la mente como un órgano
de nuestro ser. Pienso que las traducciones a veces podrían esconder matices
diferentes de los que entendemos o vemos.
La Vida en la
dualidad, se observa como formada de individualidades, todas ellas conservan el
aspecto de independientes y únicas. Por otro lado en la Vida Única o Absoluta,
todas existen en una interdependencia que no puede percibirse. Algo que hace
que la Vida esté al servicio exclusivo de cada individualidad, y que cada
individualidad se manifieste exclusivamente como Vida.
No es nuestra
percepción, por eso lo llamaría concepto o un intento de explicar el
funcionamiento de que la Mente no es diferente de la No-Mente.
El perro de
Joshu: “No tiene Naturaleza de Buda”.
Muchas veces su respuesta ha sido que: “Sí,
el perro tiene Naturaleza de Buda”. Independientemente de la respuesta, el
perro no puede tener o no tener Naturaleza de Buda. El perro “es Naturaleza de Buda”.
De la misma
manera que los órganos que pretendemos utilizar, adiestrar, mejorar, controlar,
utilizar, desarrollar, son “Nosotros”,
no son nuestra posesión, ni algo independiente o algo que no nos pertenezca.
Ellos son dentro de su individualidad
en la dualidad, totalmente libres e independientes, por lo que lo único que es
nuestro cometido es el de usarlos o aprender de lo que ellos nos aportan, lo
mejor y más necesario para nuestra evolución Humana, o cómo expresión de la
Vida.
Al igual que el perro, nosotros no
poseemos: “Cuerpo, mente, órganos o a ninguna de nuestras partes individuales,
ellas “Son lo que nosotros somos””. Ellas aportan a nuestra Individualidad
incluyente lo que son, para que lo usemos correctamente, pero somos los
responsables de cómo son usadas, de los resultados y de que les permitamos
funcionar correctamente, respetando su libertad individual.
Todo lo que ellas son está a nuestro
servicio, pero no pueden ser poseídas como pertenecientes a nosotros, ni
abandonarlas como algo que no tiene que ver con nosotros. Somos lo que las
partes son, y cada parte manifiesta lo que somos.
Un monje preguntó
a Joshu: “Tiene el perro Naturaleza de Buda”.
Joshu
respondió: “Mu, No”. Un no rotundo, absoluto, porque es el significado
de Mu, la negación absoluta.
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