No puedo
entender, cómo es posible que me cueste tanto entender el sentido común, que
siempre se ha dicho que es lo más fácil de tener y usar.
El otro día
veía y escuchaba en las noticias, la propuesta de Obama para reducir las
emisiones de lo que está terminando con las posibilidades de que sigamos viviendo
en la Tierra. Inmediatamente deberíamos alegrarnos, de que alguien se
preocupase por la calidad de nuestra vida, en cambio se comienza a ver los
recovecos legales para paralizar el proyecto. Hay estados que tras no se
cuantos años sacando carbón, todavía no han ganado lo suficiente, ni han tenido
tiempo de encontrar otra forma de vivir.
No conozco
esta actividad en Estados Unidos, lo único que conozco es un poco lo de España.
Llevamos no se cuantos años subvencionando la extracción de carbón, que es
verdad que ha proporcionado riqueza a la nación y los españoles, pero en
nuestros días, con los controles y lo que ha avanzado la ciencia, nos dicen que
es un carbón de baja calidad y poco rentable su extracción. Seguimos produciendo
mineros del carbón, siguen teniendo buenos sueldos (natural en profesiones
peligrosas), se jubilan jóvenes, pero la mayor parte de los gastos salen de
subvenciones, para pagar un carbón, de poca calidad, produciendo grandes
cantidades de contaminación que nos cuesta también dinero, poca efectividad,
que hace que lo producido con carbón español halla que pagarlo más caro. Lo que
no entiendo de la situación es : Después de siglos, sacando carbón, obteniendo
beneficios, viendo la situación, teniendo que ser subvencionados, y que el
resto de ciudadanos tiene que poner dinero por todas partes, no se le ha
ocurrido a alguien en todo este tiempo, comenzar una actividad económica
diferente para la zona.
En los bancos
guardamos nuestro dinero, los banqueros lo invierten y sacan beneficios; nos lo
prestan y les pagamos intereses para sus beneficios; tienen que tener oficinas
y empleados para guardar e invertir nuestro dinero, por lo que nos tienen que
cobrar comisiones; nos cobran comisiones para despedir y bajar la nómina de
empleados, nos cobran comisiones para comprar máquinas que hagan el trabajo de
los despedidos, y ahora nos quieren cobrar comisiones por mantener y permitirnos
usar las máquinas, o darles nuestro dinero para mantener el tinglado de cobrar
los indecentes sueldos que cobran y sus beneficios; nos cobran comisiones si no
aceptamos el trato que nos imponen a los clientes y ponemos nuestro dinero en
la competencia, algo que es como cuando vives en un país grande, pero sabes que
el extranjero lo es más.
Tenemos a los
antiglobalización, que desean una humanidad mejor, que se dedique a quemar
mobiliario urbano, bancos para que nos cobren más comisiones, romper las lunas
y robar comercios, nos quemen el coche y si un día se pasan el edificio donde
vivimos.
Los piquetes
informativos que piden una mayor libertad para hacer lo que ellos han decidido,
sin opción a poder tomar las tuyas propias o tenemos que atenernos a las
consecuencias.
Sindicatos que
hacen en sus propias empresas, lo que dicen que no se puede consentir en el
mundo obrero, que prefieren que se cierren las empresas antes de consentir un
sueldo indigno, que se quejan de sueldos indignos si hay trabajo, y de que no
hay trabajo si las empresa no ganan para pagar los sueldos dignos, que
defienden a los obreros que ponen en
peligro los puestos de trabajo de sus compañeros por falta de profesionalidad,
dejadez o ganas de trabajar.
Políticos que
solamente ven perfectamente que los demás partidos lo hacen todo mal y el suyo
todo bien, que libertad y defender a los ciudadanos es decir lo mismo que el líder,
que pueden subvencionar cualquier jilipollez o negocio de conocidos o
familiares, que deciden crear energías limpias y los ciudadanos tenemos que
subvencionar: las que no son rentables, las contaminantes, la construcción de
las nuevas, el mantenimiento de las viejas e inútiles, los beneficios que
quieren los que les hemos dado el dinero, y además pagarlas caras porque son
limpias pero caras. Podría decir de todos los negocios públicos, que pagamos,
porque los beneficios que se reparten y los sueldos que ganan al no producir
nada o insuficiente, salen del dinero de las subvenciones que pagamos nosotros,
aparte de pagar los sueldos de los políticos para que hagan lo que hacen.
Dicen que todo esto funciona como funciona,
porque lo hace con simpleza, esto es: con sentido común. Es donde me pierdo,
pero no tengo estudios de sociología, ni de económicas, por lo que mi sentido
común quizás esté desnortado, una palabra que hace tiempo que no escucho. Quiere
decir algo así como perdido, o que no sabe orientarse.
Lo que sí me recuerda la situación, es
a un amigo mío que se compró un perro de esos que se pasan el día mordiéndose
la cola, porque quería tener un amigo con el que jugar. Creo que es lo que nos
pasa con la felicidad, queremos crear una sociedad feliz, creamos aparatos que
funcionan con baterías que contaminan un montón, para mantener la economía hay
que producir más, lo que nos lleva que hay que mantener países en la pobreza
para tener donde tirar las baterías, lo que nos lleva a que los ciudadanos de
esos países se vienen a los nuestros y la lluvia nos trae lo que se escapa de
las baterías que les hemos mandado.
Como decía al principio lo del sentido
común no es lo mío, pienso que lo mejor es lo del perro, no tendré nunca con
quien jugar, pero al menos no me muerde a mí.
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