No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

martes, 6 de octubre de 2015

KUTA (20-V-80)


No recuerdo exactamente lo que me llevó a escribirlo. Probablemente la visión de los cementerios en el Sudeste Asiático  tan diferentes a los nuestros, esa apariencia de jardines y lugares de descanso. La visión de Bali, con sus playas, sus pueblos y sus gentes.
Esa reencarnación flotando continuamente alrededor en las sociedades, en las gentes, que de alguna manera desde los libros que había leído en India, me hacía mirar desde un nuevo lugar las costumbres de las gentes, que cambiando de países, continuamente me rodeaban.
Creo que fue una noticia de las que se generaron en los periódicos, lo que originó el escrito, pero son recuerdos perdidos en el tiempo, que sin embargo están en lo que soy ahora, sin apenas darme cuenta, todo aquello que ha desaparecido aparentemente, todavía vive en mí.
Porque qué pensamos encontrar mañana, sino aquello que estamos creando. Todo nuestro pasado es el que tendrá que vivir nuestro futuro, mientras vivimos entre medias lo que somos.

¿ Por qué lloran los muertos?. Dicen que los muertos están llorando por un mundo que han perdido, en su mundo flotando, sabiendo que volverán, para encontrar lo que les vamos dejando, nosotros en él metidos, ellos desde afuera mirando, viéndonos en guerras, en divisiones de terrenos vanos, que nada son sin el hombre, este que tratamos de individualizarlo, en lugar de ser uno por uno, individuales, viviendo en un solo campo, nos miramos a los pies y decimos: “este es mi campo sagrado”. Por eso lloran los muertos, que viven fuera del campo santo.
       Sus lágrimas riegan las flores, donde los cuerpos de unos hombres que estuvieron equivocados, yacen en sepulturas, en campo abierto o campo vallado, que ninguno sale fuera, solo adentro, todos vamos llegando, paso a paso, entre suspiros y lamentos, entre pensamientos vanos, de si quiero o no quiero, solo deseos, no quereles sanos.

Mentes enfermas, individualización que equivocamos, con: tu allí, esto es mío, aquél es tu país, quiero vivir separado. Esto ven los muertos y siguen llorando, sobre campos de batalla, sobre dineros que felicidad no han comprado, así viven con miedo de volver y encontrarlo como ellos lo hicieron, o peor, como lo dejamos. Sus lágrimas, sus lamentos, nos dicen sus equivocaciones, las nuestras y los cambios. Escuchemos en silencio, sus canciones, sus pasos, uno a uno, no, no son dos, son uno y uno que andan el mismo camino, diferentes, ayudando. Sequémosles las lágrimas, no nos encontremos un día llorando, viendo nuestro mundo sin rumbo, sin timón y sin mando. Si supiéramos de sus lloros de cuerpos descarnados, en un mundo de sombras, con luces para los visionarios o para aquellos que buscan, u otros que saben donde debemos encaminarnos.



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