Viendo la
actitud de Iglesias y las proposiciones que llevó al gobierno español, no me
extraña el nombre del partido que dirige: “Podemos”.
Pueden: defender
cambiar lo que haga falta para legalizar a ETA, gobernar con los etarras,
pactar con quien sea independentista o totalitario, defender a los que le dan
la patada a la puerta, cambiar la Constitución para hacerla a la medida de
quien quiera incumplir la ley, apoyar el adoctrinamiento de cualquier partido
que lo lleve en su sangre, hacerlo todo público para ser los únicos que puedan
si gobiernan.
Pero ante
todo han sido sinceros: Somos defensores de los gobiernos venezolano y el de
Corea del Norte, que es lo que queremos implantar en España, queremos que la única
Iglesia sea nuestro secretario general; no aceptaremos mayorías, pues nuestros
planteamientos verdaderos son de minorías; impondremos el tipo de gobierno que
queremos, sin pensar en quienes no están de acuerdo, porque tendrán que
estarlo; nuestro planteamiento es el de Stalin, sin importarnos lo que queráis
en cuestiones de libertades o creencias; cerraremos las iglesias, expulsaremos
de donde sea a los que promulguen religiones, y solamente os quedará creer en
el partido; no admitiremos monárquicos, expresiones que no nos parezcan
oportunas, ni símbolos que no sean los impuestos por nosotros.
Luego han
hecho asambleas y nos han preguntado: ¿Qué queréis que os prometamos, os
digamos?, ¿De qué queréis que nos disfracemos?, porque pareceremos lo que queráis
votar.
Por la
postura corporal se les ve personas seguras con gran prepotencia, de las que te
dicen: No me importa lo que pienses, me digas, hagas o quieras. Tampoco lo que
he prometido, he dicho o jurado, haré lo que pienso y me de la gana.
Pero la mayoría
silenciosa, tras decirles lo que les tienen que decir, han olvidado lo que
dijeron, lo que hicieron en la enseñanza principalmente en la universitaria,
las manifestaciones y movimientos sociales en los que muchas veces han llevado
a las masas, con unos pocos piquetes y solamente para conseguir poder, las
expulsiones de conferenciantes que no les fue permitido hablar, las actividades
de apoyo a grupos que dejan mucho que desear, la libertad de expresión que se permiten
y la que le permiten a los demás.
Pienso que se
han retratado lo suficiente para saber que hay cosas que nunca harán, que se
reflejan en dos dichos o refranes: “Para
ver las acciones de alguien, hay que ponerse en su lugar” y “Para juzgar a
alguien hay que calzar sus zapatos, un trecho”. Lo que nos dice es: "que hay
que ser la otra persona, para saber sus “por qués”, algo que por lo que vemos
en lo que hacen donde gobiernan han entendido, por: “No importa lo que la mayoría quiera, si los nuestros quieren darle una
patada a una puerta u ocupar la propiedad de alguien, cambiaremos la ley o les
proporcionaremos lo que quieren; si no queremos religión, prohibiremos o
dificultaremos a quien quiera practicarla; si la mayoría de los españoles o la
ley dice algo, si nos apetece quitaremos los emblemas españoles o el busto de
quien nos de la gana”.
En Europa apoyamos las peticiones o
las acciones de las democracias totalitarias, en nombre de los españoles.
En España apoyamos las peticiones de
la minoría que esté fuera de la ley, sin importar qué piden o si la mayoría
quiere otra cosa.
No podremos, pero al menos si se les vota, “Sí que sabemos”.
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