No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

jueves, 19 de noviembre de 2015

HAY PAZ, CUANDO LO SOMOS


En el escrito del otro día viene una frase de Confucio: “Oír o leer sin reflexionar, es una ocupación inútil”.
          Es común en nosotros las personas, que es suficiente que alguien señale con el dedo, para que vayamos corriendo en esa dirección. Faltos del ingrediente que unos miles de años atrás nos indicaba Confucio: “La reflexión”.
          Para la mayoría, reflexionar es no hacer nada hasta que hemos decidido qué hacer tras profunda reflexión. Pero es uno de los extremos que nos indicaba Confucio, que trataba más de inculcar la sabiduría o al menos el conocimiento necesario, para poder comprender diferentes aspectos de lo que se escucha, pues no es suficiente con oír y quedarnos enganchados en las palabras, en las frases escritas, sino leer, comprender el espíritu de las palabras, trascender lo aparente, para poder caminar hacia donde verdaderamente nos señala el dedo.
          Dicen que el Zen, es la enseñanza o el estado de la No-Mente. Tratamos de silenciarla, de dominarla, de sojuzgarla, de anularla, de desligarnos de ella, para vivir en un estado de no-mente.
          Nos hablan de la Inquisición, queremos negar, destruir, vilipendiar, apartar, o destruir, el cristianismo y a Dios.
          Nos hablan de cualquier mala acción o actitud de religión, política, poder judicial, y corremos a cambiarlo todo, a negar la necesidad de la actividad, a destruir el estamento.
          Sale el terrorismo Islamista, todos a una queremos cambiar el Islam, aniquilar el terrorismo, cambiar los gobiernos, hacer leyes para que no pueda haber terroristas.
          Vemos las guerras en todas partes, todo alrededor nuestro; vemos la violencia de género; la muerte de los huidos de: las guerras, la miseria, los dictadores sátrapas; todo lo que vemos que señala la situación es que hay que cambiar: los pastores, las leyes, los dirigentes o las formas de gobierno, de religión.
          El Zen es el estado de la No-Mente en el mundo Mental, es la ausencia de ego que tengo que conseguir “yo”, es el estar en el aquí y ahora, en la eternidad. Zen no es la exclusión o la inclusión de algo en nuestras vidas, Zen es lo que hacemos nosotros con ello, porque Zen no es algo que podemos alcanzar sino lo que somos. Es por ello que el camino es tan largo, por lo que es difícil llegar, porque miramos tanto que no podemos verlo, hay tantos conceptos, tantas frases, tanta enseñanza de lo que es, que intentando entenderlas, no podemos conocerlo.
          No hay Paz que encontrar, no hay honradez que conseguir, no hay Religión que conocer, todos los conceptos, todo lo que deseamos de la Vida, no se puede conseguir porque es imposible, incluso si nos conformásemos con lo que nos dé, tampoco podría dárnoslo.
          La dificultad de encontrar o conocer el Zen, es que es lo que somos. No nos puede dar más o quitarnos algo, “Zen es lo que estamos siendo”. Zen es Vida, y la que vivimos es la que hemos creado, la vida que somos. No se trata de cambiar a los pastores, de crear nuevas leyes, de destruir lo que nos daña, se trata de que tenemos que cambiar nuestra percepción de lo que leemos, de lo que escuchamos, de lo que vivimos. No es la responsabilidad de lo que nos dicen, de lo que leemos, de lo que nos enseñan, por eso es necesaria la “reflexión”, porque la responsabilidad es nuestra por lo que entendemos, aprendemos y hacemos.
          Todas esas acciones tan reprobables, tan indignas, propias de alimañas sin corazón, sin humanidad, nacen de que nuestra forma de reflexionar, de aceptar nuestra responsabilidad está equivocada. Seguimos a alguien aceptando sus reflexiones o sus intereses, sin sentir que la responsabilidad para ser Zen, reside en la individualidad. Zen es Todo, pero en cada individualidad.


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