Según mi archivo este es el escrito con el número 600
de la página, por lo que me gustaría escribir acerca de lo que pienso que es el
concepto de Zen, como concepto de Ser, no difiere mucho de los demás conceptos
de Seidad en lo Absoluto o lo que llamamos Todo, pero es desde el trabajo de mi
Maestro, lo que yo percibo en Él.
Lo primero
que llamamos al Zen es “práctica o camino”, siendo lo que nosotros realizamos
en nuestra percepción dual, es algo erróneo desde el propio Zen.
Decimos que
es un estado de No-Mente, pero es Ser Mente, lo que nos lleva a ello.
Creemos que
debemos esforzarnos, conseguir, llegar a un lugar donde se vive el zen, que en lo
que no percibimos raciocinio viven en él, al no ir cargados y movidos por la
mente.
Pensamos que
hay un estado en el que la mente se silencia o se para, que deja de existir
para llegar al Samadhi, al estado de Silencio de la No-Mente, pero no es un
estado o meta donde podamos ir.
El vivir en
el Zen no es cuestión de: percibir o no, pensar o no, dualidad o absoluto,
saber o ignorar, es una cuestión de Ser, no nada raro, difícil, lejano,
diferente o parecido a algo que conocemos, pensamos, deseamos o nos han
enseñado. Es una cuestión de Ser lo que no podemos evitar, “Lo que somos”. Dentro de que es inevitable, no es tampoco algo que
por ser, no hay que realizar un esfuerzo al estar inmersos en la dualidad, como
decimos muchas veces: “No hay nada más
complicado que lo simple, lo que nos cuesta ver, es muchas veces lo obvio”.
¿Cuál es el Zen de una taza de café?.
Se han publicado
bastantes libros acerca de, “El o La ………, y el Zen”. Pero realmente no hay algo
“Y” el Zen, porque el Zen es nuestro
Ser.
Cuando somos
taza, podemos percibir el calor, el sabor del café, su amargor, podemos saber
si es de una mezcla o procedencia, si tiene azúcar o leche, si está mezclado
con algún licor. Pero solamente podemos percibirlo desde “Ser taza”, nunca, “Siendo
taza de café”.
Pero podríamos
percibir el plato, la mesa, el aire, la luz, la persona que nos bebe, ….. Pero,
¿Qué objeto tendría una taza de café, si no es bebida?, ¿Cómo ser una taza de
café, sin: agua, fuego, alguien que lo haga, sol, tierra, cerámica, aire?, podríamos
seguir hasta poner todo cuanto es necesario para que exista esa simple taza de
café.
Podríamos estudiar
sus sabores, olores, conocer todos los tipos y posibilidades de preparar un café,
todas las formas y composiciones de una taza, podríamos estudiar e investigar todo
cuanto puede ser contenido en una taza. Al final una taza de café, solamente
puede contener café.
Pero en todo
este planteamiento estamos contemplando la “Taza
de café”, hemos olvidado que “Somos
la taza de café”.
Por eso todavía
no hemos llegado al Zen, el llegar no cambiará que sigamos siendo “Una simple y sencilla taza de café”, por
eso podemos ser bebida, por eso hemos olvidado lo que somos.
En esa taza está nuestra procedencia
antes del comienzo del tiempo y el espacio, de la dualidad, de la percepción
del Universo, en ella tiene que estar nuestro Origen, nuestra Cara, nuestra
Naturaleza Original, en ella está nuestro camino hasta el último ahora, porque
no podemos excluir nada de lo que somos en este ahora.
Cuando no somos conscientes, sino
Consciencia de lo que Somos, Consciencia de Ser, Seidad, es el comienzo de la
vuelta a casa, para lo que lo único necesario es ser lo que siempre hemos sido
una simple y sencilla taza de café.
Siendo Zen, en ella están: Todas las
plantas desde el principio, el sol y la lluvia, los animales que abonaron y
eliminaron las ramas secas, el viento que hacía volar las hojas, la tierra
donde se hunden las raíces, todo cuanto ha existido y todas las circunstancias,
la arcilla, la porcelana, el alfarero, el fuego, quien nos bebe, la mesa donde
descansamos. Porque podemos ser una taza de café, algo que no podemos impedir.
Pero Ser una taza de café Zen,
solamente lo somos, cuando todo lo demás es taza de café. No podemos tener
percepción de ello, porque somos la Consciencia de Ser Todo lo que Es la Taza de Café.
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