No pretendo molestaros

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Yui Shin

viernes, 29 de enero de 2016

BOLSA DE SALUD


          Cuando hablamos de tener salud, indudablemente no nos referimos a la salud, sino a la buena salud. No tratamos de entenderla o saber qué es la salud, sino que pensamos inconscientemente en el desterramiento de la mala salud, que es la mitad de la salud que no nos gusta.
          Olvidamos algo tan simple como el Yin y el Yang, la dualidad eterna, que no puede ser destruida. Pese a ello, lo único que nos interesa es la erradicación de la salud llamada enfermedad, renegamos, buscamos soluciones en médicos, curanderos, naturales, homeopáticos, ejercicio, dietas, milagros, Dios, no importa el medio si logramos erradicar la enfermedad de nuestras vidas.
          Mi idea es que no puede ser erradicada, que siempre será la mitad de la salud, así se lo he intentado explicar a quienes han venido con sus problemas. El mío es conseguir dinero suficiente para pagar mis necesidades, para lo que doy masajes, el de ellos es no crear los conflictos ni las enfermedades, para lo que tienen que cambiar su actitud y relación con las circunstancias de su vida.
          Recuerdo que mi Maestro nos decía, que echásemos nuestros problemas en su saco sin fondo, donde desaparecían. Yo les he explicado, que si con una mano echamos cosas en una bolsa y con la otra las sacamos, independientemente del tamaño de la bolsa, según la velocidad de una mano en relación a la otra, solamente es una cuestión de tiempo el que la bolsa se llene o se vacíe.
          Si una persona o medicina, nos quita una cantidad de lo que acumulamos en nuestra vida diaria, dependerá de lo que nosotros acumulemos cada día, el que nuestra enfermedad explote, se mantenga o se cure. No es cuestión de la calidad del medicamento o del médico.
          Es por ello, que depende de lo que no vivimos, de lo que guardamos, de lo que no hemos asimilado, de nuestra actitud, de la forma en la que nosotros manifestamos lo que somos, lo que estamos acumulando innecesariamente en la bolsa de lo que somos, cosido su fondo a conciencia, para que nada se pierda. No importa a la velocidad que las circunstancias, las personas, o convivencia con el entorno nos liberen, siempre es lo que almacenamos lo que hará explotar o vaciará nuestra bolsa. Podemos encontrar el equilibrio, mantenerla siempre igual, pero es un trabajo inútil, eterno, que no nos llevará a alcanzar ninguna de nuestras metas o la felicidad, más allá del conformismo.
          La mejor manera que yo he encontrado de no almacenar cosas innecesarias, ha sido la aceptación, simplemente dejar que las cosas sean lo que son y que sigan su propio camino. Tarde o temprano y a su debido tiempo, las cosas continúan su propia existencia alejándose en la infinitud del Universo de la mía.
          Al aceptar, todo exactamente o lo máximo posible como es, hemos cortado el fondo de la bolsa, por lo que todo cuanto se introduce en ella, cae en el Universo Infinito, en la Libertad. Todo cuanto se extrae de la bolsa, pertenece al Universo, a la Vida donde la bolsa que somos, usa y retorna todas sus circunstancias, sin almacenar lo innecesario, permitiendo, que en la bolsa lo único que permanece es la propia bolsa, que es en cada instante simplemente lo que es.
          En ese momento la salud, es Absoluta, con su mitad Yin y su mitad Yang, en la que lo que se extrae o introduce, no está en una bolsa, sino en la Seidad. No hay distinción entre la buena o la mala, entre salud deseada y enfermedad, porque hemos aceptado no que las cosas sean algo separado de nosotros, sino que nosotros somos cuanto la bolsa es.
          Cuando hay enfermedad somos enfermedad, cuando hay otra salud somos esa salud, porque cuanto hay en la bolsa, eso es lo que somos y aceptamos. Es en lo que permitimos o no sabemos manejar, lo que hace que la salud, que es Infinita en sí misma, manifieste uno u otro aspecto, siempre cambiante siempre manifestándose en la impermanencia.  
        No hay manera de quitar o poner algo en la bolsa, sin cambiar lo que somos. El problema es que lo que podemos observar, percibir, o modificar es lo que retenemos en la bolsa, pero no lo que la bolsa es. Al igual que hay bolsas de caramelos, de frutos secos, de botones, de fruta, nuestra bolsa puede ser de enfermedad o buena salud.
          Pero la bolsa vive en la dualidad, por lo que bastaría cambiar el contenido para que la bolsa cambiase lo que aparenta ser. Pero nuestra Realidad, es que somos “Bolsas sanas o enfermas”, en las que lo que tiene que cambiar es la propia bolsa, no lo que contiene, porque afortunadamente nosotros no podemos guardar nada siendo una bolsa sin fondo, que recoge y devuelve a la Vida, por eso lo fácil es cambiar nosotros, manifestando la bolsa que queremos ser.
          No destruyamos la mala salud o la enfermedad, manifestemos la mejor salud, la de la propia Vida, que solamente manifiesta: ser Felicidad.


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