Vivimos en un
mundo de slogans, que nos permite tener grandes conocimientos sumergiéndonos en
la ignorancia. Somos capaces de repetir innumerables frases, refranes, cosas
adecuadas al momento. Podemos incluso tener grandes conocimientos de muchas
materias, en cambio hemos perdido la capacidad de entender lo que sabemos, de
ponerlo en el contexto del funcionamiento diario de la Vida.
Un Maestro
Zen, dijo que: “La
mente ordinaria es la Gran Mente, que el hacer las cosas ordinarias es el Gran
Conocimiento, que el sentido común es la Gran Inteligencia”.
A lo largo de
la historia, hemos visto grandes gobernantes, que no tenían cultura,
analfabetos, sin estudios apenas, por las circunstancias de la cultura de su
pueblo. Los hemos tenido con grandes maestros, aprendiendo cuanto era posible
en su época. Los ha habido terribles, creando un pueblo sumido en la oscuridad,
teniendo la misma preparación.
La inteligencia,
no es sinónimo de conocimiento, sino el sentido común para manejar las
circunstancias en un momento determinado, usando lo que hay, su ignorancia o su conocimiento, escuchando la ignorancia o conocimiento de los que le rodeaban, antes
de tomar las decisiones.
Hay frases
que diferentes libertadores, han usado para arengar al pueblo: “Un pueblo ignorante es más fácil de
gobernar. Un pueblo sin educación es fácil de engañar. Un pueblo ignorante
es un instrumento ciego de su propia destrucción. Un pueblo ignorante es un
pueblo sometido”. “Las religiones son el opio del pueblo”.
Al final los
pueblos no fueron liberados, porque la ignorancia no se relaciona con el
conocimiento, a pesar que para la mayoría una es sinónima del otro. Mezclamos educación, con ignorancia y conocimiento, pero cuando realmente perdemos la perspectiva
para encontrar una solución a la relación pueblo-poder-pueblo, es cuando las
confundimos con la inteligencia. Durante años nos han explicado que
inteligencia es la capacidad de aprender, pero en ese aprendizaje tiene que
haber: discernimiento, comprensión,
asimilación y sentido común para que realmente pueda llamarse inteligencia.
Generalmente los
que llevan al pueblo a la revolución, les lanzan soflamas y slogans, podríamos
calificarlos más de listos que de inteligentes. Tienen facilidad para mover
masas, que por ser masas, dejarse mover y seguir los slogans de alguien, nos
habla de que son lo que dice no querer el revolucionario, “ignorantes”.
Del pueblo se
aprovecha todo el mundo, que quiere dejar de ser pueblo, porque: “¿Acaso no somos todos del pueblo?. Los
que quieren el poder, nos dicen que el poder y las religiones no son el pueblo.
Algo que no llego a entender, me dicen que no escucho, pero me cuesta entender
que alguien que quiere liberarme del poder y de las religiones, trate de
adoctrinarme y quedarse con el poder. Si alguien lo entiende, podría
explicarlo, sin complicaciones que no soy inteligente.
Desde que
tenemos democracia, tenemos muchos universitarios, bachilleres y enseñanza
obligatoria. Tenemos la Wikipedia e Internet donde podemos aprender de todo,
podemos viajar fácilmente, sabemos de todo, pero desde el adoctrinamiento. Hemos
conseguido con los sistemas de enseñanza socialista, que son los únicos que ha
habido en la democracia, que la mayoría de los estudiantes sean sindicalistas,
antisistema o de ideas de izquierdas. Gracias a que tenemos la alfombra PP,
para darle golpes, nadie es capaz de ver lo que hace su mano izquierda.
El gobierno
se ha esforzado en una educación, que sustituye a las religiones, la capacidad
de pensar y alejada de la inteligencia, porque está basada en el adoctrinamiento.
Solamente la inteligencia puede sacar
al hombre de la esclavitud, pero no tiene que ver con la educación o saber
cosas. Se trata de que el pueblo en lugar de masas y gente, esté constituido por
personas.
Porque a los gobiernos modernos no hay
nada que les importe más que la educación. Lo primero que le interesa a los
grupos y revolucionarios de izquierdas, es controlar la educación, porque es la
base del adoctrinamiento. Pudiendo ser realizado sin guerras. No quiere decir
que los de derechas hagan algo diferente, pero sí que los métodos y la
agresividad, hasta casi llegar a la violencia, difiere bastante.
Por último está el Sabio, que nunca
puede ser esclavizado, porque es la inteligencia que se identifica con la Vida.
No vive, siendo eterno al no poder morir. No puede ser esclavizado, porque
no tiene ego que pueda serlo. No puede ser esclavizado, porque perteneciendo al
pueblo, no es el pueblo; perteneciendo al gobierno no es el gobierno; porque en
su naturaleza de ser-nada, es patrimonio de la Vida.
Creemos que saber mucho nos hace
sabios, pero es ser ignorancia lo que nos permite acoger y ser todo el
conocimiento.
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