Mi rechazo de
la empresa pública, de que todo o la mayor parte de las actividades se hagan o
controlen públicamente, no es porque me parezca bien o mal. Es lo que he podido
encontrar a lo largo de mi vida, en el amor que siempre he sentido a mi
libertad, a poder ser responsable de mi vida, el no usar la seguridad de mi
posición y que muchas veces esta sea estratégica económicamente, para conseguir
un buen sueldo, poca responsabilidad y que sea pagado precarizando otros
trabajadores.
Con catorce
años recién cumplidos, la edad mínima, comencé a trabajar, posteriormente a
estudiar una vez terminada la jornada laboral, hasta la noche y a veces
estudiando hasta la madrugada. El salario se lo entregaba a mis padres, mis
hermanos no estudiaban y tenían el dinero de las horas extras y las primas, los
tres la paga semanal. Los puentes, después de pagar los libros, la matriculación,
pequeños gastos de asistir a clase, a veces mi paga no llegaba. Pero recibíamos
los tres la paga, por lo que yo me iba a pasear si no me quedaba y si salía con
alguna amiga, o paseaba, pagaba o salía con otros.
Podía ir con
los amigos que me habrían invitado, pero solía pasear. Si mis padres me
hubiesen pagado una Universidad Privada, obviamente no tendríamos, merienda,
las pagas de mis hermanos serían más pequeñas y la ropa más escasa. El sueldo
de mi padre no habría aumentado por gastar más.
La empresa pública,
ha perdido dinero siempre, al menos en lo que yo conozco, pero llegan las
pagas, las subvenciones del dinero público, y todos cobran, la mayoría de las
veces dos o tres veces un salario más alto que en una PYME, o empresa pequeña.
Gracias a los
buenos salarios, los productos o servicios, que hacen, suelen estar
subvencionados con dinero público. Debido a su falta de productividad, mandan
mucho trabajo fuera, lo que al ser en empresas privadas, para ser competitivos,
tienen que bajar sueldos y aumentar la productividad, exigiéndoles a los
obreros que no meen.
Los bajos
sueldos de los obreros hacen que paguen menos impuestos, lo que hace que se los
cobren a las empresas privadas, que al pagar más impuestos, tienen que bajar
los sueldos para tener beneficios para modernizarse y que la inversión tenga
una rentabilidad. Esto permite, que se mantengan los buenos sueldos y la baja
productividad de lo público.
Estoy de
acuerdo en que los salarios tienen que ser dignos, que no se puede explotar al
obrero, pero me pregunto frecuentemente, ¿Por qué un trabajador público tiene
que mantener su estatus, con la miseria de los trabajadores en el sector
privado?.
Si miramos en
Metro, RENFE, Astilleros públicos, minería subvencionada, y un sin fin de
empresa pública a veces innecesaria, con sus salarios. Si miramos los
resultados del dinero público dedicado a la enseñanza y lo comparamos con lo
que se emplea en la enseñanza privada o religiosa, me refiero a los resultados
y el costo, no estoy hablando de lo social, sino a que al igual que mis estudios
privados, con el sueldo de mi padre, llevaría a mis hermanos y a mis padres a
la miseria, si es digno que para mantener un estatus en lo público, fomentar la
miseria en lo privado.
El salario
del Estado, es lo que se recauda en impuestos. Lo que se le da a uno de los
hijos, siempre hay que quitárselo a otro, porque lo público no suele dar
beneficios, solamente pérdidas.
Las cuentas
de la izquierda, siempre van en la visión de las religiones occidentales. Existe
un Dios que es el bien, y un mal que es el Diablo. Hay un Dios que es El
Gobierno y un bien que es lo público,
hay un diablo que es la Derecha y un mal que es lo Privado.
Mis cuentas
son las del Yin y el Yang, cuando se termina lo que hay en la caja, eres pobre,
no hay mayor diferencia, si vives como pobre. El conflicto, es cuando quieres
vivir con la caja de otro, porque la pobreza es perder la dignidad. Tener la
dignidad en el bolsillo o en las posesiones o las formas, es un mal lugar para
llevar la dignidad, porque el mantenerla solamente se puede hacer con otras
dignidades.
No existe, un
Mal y un Bien, separados, es la armonía de permitir la actividad de lo privado,
sin tener que exigirles la mayor parte de sus beneficios, para el bienestar de
la parafernalia de lo público. Hay sectores, que difícilmente pueden ser de
servicio para el pueblo y que sean rentables en beneficios, pero no es el
aumento de lo público ruinoso lo que permitirá el bienestar del pueblo, sino su
productividad por euro dedicado, de los impuestos cobrados al pueblo.
Mantener los
altos sueldos públicos, de los trabajadores en puestos estratégicos, debido a
su conflictividad y huelgas, solamente hace que al subir los impuestos para
pagarles, sea a costa de la miseria del resto del pueblo.
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