Es la traducción
de: Traducción Original al inglés por D.T. Suzuki. Recopilado, Editado, y
Traducido al español por: Rev. Yin Zhi Shakya, OHY (Hortensia De la Torre). Corrector: Lorenzo Orcajo Blanco y publicada por Acharia.
Sin embargo, maya, no es una irrealidad porque sólo tenga la
apariencia de realidad; todas las cosas tienen la naturaleza de maya. No es
porque todas las cosas son imaginadas y nos agarramos a ellas por la
multiplicidad de signos individuales que son como maya; es porque éstos son
igualmente irreales tan pronto aparecen y desaparecen. Al apegarnos a los
pensamientos erróneos nos confundimos y nos contradecimos a nosotros mismos y a
los otros. A medida que no profundizamos claramente en el hecho de que el mundo
no es más que la mente misma, imaginamos y nos agarramos a la causa-efecto, al
trabajo, al nacimiento y a los signos individuales, y nuestros pensamientos se
caracterizan por el error y las falsas imaginaciones. La enseñanza dice que
todas las cosas están caracterizadas por la naturaleza propia de maya y que un
sueño es un medio para hacer que el ignorante y el de mente simple ignoren la
idea de la propia naturaleza en todas las cosas.
La falsa imaginación enseña que tales cosas como la luz y la
sombra, lo largo y lo corto, lo blanco y lo negro son diferentes y deben ser
discriminadas; pero ellas no son independientes las unas de las otras; son
solamente diferentes aspectos de la misma cosa, son términos de relación y no
de realidad. Las condiciones de la existencia no son de carácter mutuamente
exclusivo; en esencia las cosas no son dos sino una. Incluso el Nirvana y el
mundo del Sámsara de la vida y la muerte son aspectos de la misma cosa, porque
no hay Nirvana excepto donde está el Sámsara, ni Sámsara excepto donde está el
Nirvana. Todo lo dualístico es imaginado falsamente.
Mahamati, tú y todos los Bodhisattvas deberían disciplinarse a
ustedes mismos en la comprensión y aceptación paciente de las verdades del
vacío, el no-nacimiento, la no-naturaleza propia, y la no-dualidad de todas las
cosas. Esta enseñanza es encontrada en todos los Sutras de todos los Budas y es
presentada para que sea conveniente a las variadas disposiciones del ser, pero no es la Verdad misma. Estas
enseñanzas son solamente un dedo señalando hacia la Sabiduría Noble. Ellas son
como un espejismo con sus manantiales de agua que el ciervo toma por reales y
persigue. Por lo tanto las enseñanzas en todos los sutras tienen como propósito
la consideración y guía de las mentes discriminatorias de todas las personas,
pero no son la Verdad en sí, la cual solamente puede ser comprendida por uno
mismo en la consciencia profunda de uno.
Cuando Shakyamuni nos habla del Vacío,
de Maya, del sufrimiento, de lo real y de lo no-real, de la dualidad y de la
no-dualidad. Simplemente nos está llevando o al menos lo intenta, hacia la
experiencia personal, a no depender de las opiniones o de lo que nos han
enseñado, a no dar por cierto las interpretaciones de lo que otros perciben,
incluso que no debemos caer en las percepciones que nuestros propios sentidos
nos transmiten, porque ellas también está limitadas y dependen de cómo hemos
educado y canalizado sus percepciones.
Dirigiendo nuestra percepción hacia la Sabiduría Noble, Maya en sí
misma, pero Camino, para salir de la dualidad tanto como de la no-dualidad, de
ser y de no-ser, de cualquier cosa que podamos percibir por medio de mente o
sentidos, de la palabra, su naturaleza, o aspectos que lo diferencia de los demás
o que permite creer que sabemos lo que son por lo que percibimos.
La Dualidad no puede existir o
manifestarse, si no es en la Unidad, es la diferenciación de dos aspectos de
una misma individualidad, lo que nos permite percibir una parte desde la otra, diferenciándolas.
Olvidando que no son separables, que independientemente de lo que percibamos,
no pueden dejar de ser lo que son: “Una Individualidad”.
Todas las cosas percibidas son tomadas
como realidad, las que otros nos dicen que han visto, que han percibido de
alguna manera, son denominadas como realidad. Diciendo que hay una irrealidad
de las cosas que no son perceptibles, por nosotros mismos, los demás o la
ciencia. Pero son de la misma naturaleza que las reales, porque son
percepciones de nuestra mente, que solamente percibe dentro de sus limitaciones.
Tanto las pertenecientes a la realidad como las no-reales.
La realidad de las cosas, no puede ser
la parte percibida, tampoco la suma de la no-percibida y la percibida, ni tan
siquiera incrementando un valor para corregir posibles errores.
La única realidad de las cosas está en
lo que Son, en esa Seidad, incluye un Todo, porque la dualidad es la unión de
dos mitades, la manifestación de dos polaridades inseparables. Por ello lo que
percibimos, solamente será la Realidad cuando estemos integrados en ello. Cuando
no exista la mínima separación entre lo percibido y el perceptor. Esto hace
imposible que podamos percibir la Realidad.
Percibir la Realidad es la entrada de la
Sabiduría Noble, pero hay que trascender la Sabiduría, no solamente la Noble,
sino el propio concepto de Sabiduría, hay que trascender la propia Realidad,
para Ser: Siendo la Realidad, pero sin la mínima traza de Realidad.
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