No pretendo molestaros

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Yui Shin

lunes, 15 de febrero de 2016

¿DIGNIDAD?, NI LO HABÍA OIDO


          Hace meses que vi de nuevo la película de: “El Último Samurai”, es difícil viendo las relaciones personales entre personas de diferentes ideologías, culturas, tradiciones y percepción de la vida, entender el por qué, independientemente del origen, tenemos tantas dificultades para comprender una palabra tan simple como “Dignidad”.
          Una persona que ha sido educada en la idea de que lo importante es ganar, vencer, sin importar cómo, conseguir destruir al enemigo, rebajarle hasta su aniquilación si no puede ser material, al menos conseguirlo en lo moral.
          Emboscadas, engaños, robos, aniquilaciones, destruyendo su orgullo, acorralándolos, quitándole y destruyendo sus tradiciones, quitándoles su dignidad introduciéndolos y empujándolos a la bebida, la traición a sus hermanos y finalmente destruirlos ocupando sus tierras, sus hogares.
          Otra persona ha sido instruido en el honor, el servicio, a cuanto le rodeaba: “La naturaleza, Buda, el Emperador, el pueblo, los necesitados, la familia”. Toda su vida tenía que estar dedicada a ello para ser Samurai. Faltar a alguna faceta de ese honor y dignidad, era quitarse la vida que había sido rozada por la indignidad. No solamente era la dignidad personal de la que estaba obligado a respetar y vivir en ella, también era responsable de las personas que estaban a su cuidado, a su amparo, bajo su responsabilidad.
          Al encontrarse, cuando en la persona hay dignidad, sin importar su cultura o cómo ha vivido hasta entonces, la dignidad se reconoce, se aprecia, se respeta y no la puedes destruir, sino proteger.
          La dignidad de un Samurai, su gloria, no era solamente medida por su propia vida, sino por la talla, gloria y grandeza de sus enemigos. Una de las cosas que nacían de que tu dignidad dependiese de la de tus enemigos, era que tenías la obligación de dignificarlos, porque ello era muestra de tu propia dignidad.
          La distancia entre la derecha y la izquierda en nuestros días, no es tan grande. Pero su concepto de dignidad es la del primer ministro del Emperador, o del enviado militar al mando del entrenamiento de los soldados japoneses. Mentir, engañar, hundir la dignidad del enemigo, destruirlo en lugar de ganar o perder en una batalla digna, porque lo importante no es conquistar el poder, sino robarlo. Porque conquistar significa: dignidad, respeto por el contrincante, admiración por su lucha, y tiene que haber sobre todo respeto, para que lo demás sea válido.
          Dimitía Esperanza Aguirre, todos lo han jaleado, pero se han oído más criticas que respeto, se ha entendido más, seguir como alimañas destrozando el gallinero una vez olida y saboreada la sangre, la carnaza, que aprender que: Los ERES, Cursos, Aznalcóllar  y demás, exigirían la dimisión de muchos socialistas, empezando por Susana Díaz, que estaba y sigue estando, e incomprensiblemente no se piensa que de miles de millones, no se haya usado un poco para financiarse. Pedro Sánchez, estaba en Bankia, pero el ahorro en la hipoteca, un sueldo por no enterarse de nada, simplemente por ser político amiguete del que los nombraba, no es financiación ilegal de un político. Los de Podemos, están siendo investigados, algunos un poco más cerca de ser llamados por el juez o han sido llamados, pero no han entendido nada de dimitir en el ejemplo de Esperanza. Se cuelga medallas Rivera y Ciudadanos, de que todo ha sido gracias a ellos, que el resultado de enmierdar el patio, ha dado resultado, olvidando que son palmeros andaluces, incluso en las comisiones de investigación, y que solamente consiguen que dimitan los innecesarios.
          Como vemos, cuando se entiende por dignidad, quitar la dignidad a quien podría ganarte o vencerte, por tener más votantes o seguidores, o porque ha demostrado que es capaz de administrar lo que le entregan mejor que tú. Simplemente es hacer que los que te siguen se comporten como los cuatro monos, con respecto a su grupo. Que se dediquen a quitarle la dignidad a los demás, haciendo lo contrario con ellos, ver no solamente lo que hay sino lo que te dicen en el Partido, comprar traidores, informadores, y desde la experiencia de lo que están haciendo, buscar en los demás, porque ello te llevará al poder.
          ¿Para qué hace falta la dignidad, si no sabemos lo que es?


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