Aun más
peligroso y mortal que una enfermedad, es el diagnostico erróneo y un tratamiento
inadecuado.
Viendo los
resultados de nuestro tratamiento, de las medicinas aplicadas a nuestras
enfermedades, y sus resultados, me pregunto si tardaremos mucho tiempo, en
analizando los resultados, comprender nuestras equivocaciones.
Una Tierra,
cada día más enferma, una humanidad no nacida, abortada, una sociedad
moribunda, una hermandad fratricida, madres que exigen abortar libremente,
padres que no aceptan su responsabilidad, hijos que no saben que tienen padres.
Miramos alrededor
y qué podemos contemplar, sino un montón de asociaciones, intentando parchear
los destrozos que creamos, moral, social y físicamente. Usando nuestro
esfuerzo, trabajo y recursos para destruir y tratar de paliar lo que hacemos.
Hemos creado
religiones, gobiernos, sociedades, estamentos, culturas y cuanto hemos creado,
incluso a nivel de conceptos, todos han sido prostituidos, usados para nuestras
ambiciones, nuestra rapiña, en lugar de para lo que habían sido creados. Las ciudades
se han convertido en dormitorios para las almas, para los valores, para la
humanidad, porque simplemente son usadas para amontonar y usar como vertederos
de ilusiones, de anhelos, de sentimientos, de sociedad, de hermandad, de
sentirse acompañado en el camino hacia donde todos vamos.
Si miramos
alrededor, cuántos países asolados, rotos sus valores, su dignidad, su
capacidad de amor, por grupos terroristas, que les han violado física y humanamente,
que se han llevado a sus hijos para usarlos como asesinos, que en nombre de
defender al pueblo, solamente le ha quitado su dignidad, posesiones y le ha
prostituido. Ahora dedicándose a la profesión que muchos de ellos pueden
dedicarse, para seguir robando legalmente, la política. Cuántos, grupos
terroristas, han cambiado la lucha del asesinato por un partido político, hay demasiados,
y no es que el estar al servicio del pueblo, no sea una profesión noble, es
simplemente que no hemos hecho un buen diagnóstico, hemos aplicado la peor
medicina.
En Colombia
esos terroristas que decían luchar por el pueblo, que han robado tierras,
asesinado familias, violado a pueblos enteros, hombres, mujeres y niños, que se
han llevado a los niños para prostituirlos y convertirles en asesinos y
prostitutas sin sueldo.
En las
ciudades, bandas, quien era más fuerte, quien abusaba de los débiles, ha echado
o asesinado familias para quedarse con sus casas, sus posesiones, sus tierras,
su dignidad, sus vidas en muchos casos al no poder encontrar sustento o ánimo
para seguir viviendo. Todos ellos amnistiados, perdonados por quien no fue
herido, sin necesidad de restituir, de remediar en lo posible su indignidad.
Culpamos a
todos, a los estamentos, a los conceptos, a la enseñanza, a los poderes, todos
ellos nutridos por el único responsable, el único que es el virus donde nace la
enfermedad, el conflicto, la medicina, el remedio, el Pueblo. Este es nuestro
error culpando y diagnosticando mal, hemos querido arreglar y tratar la
enfermedad, atacando las instituciones, a los demás, a las circunstancias, el
cambio climático, las guerras, los poderes, usando como medicina su destrucción,
la guerra y la violencia contra ellos.
Pero la
enfermedad radica en nuestros corazones, en nuestra ignorancia, no la cultural,
sino la moral sin principios, nuestro buscar algo que nos cambie la vida, que
nos haga ser algo que ambicionamos, olvidando que la Humanidad es nuestra única
meta.
Mirando alrededor
podemos observar, grupos asociaciones, gobiernos, poderes, todos ellos luchando
y ofreciéndonos la mejor medicina para nuestros problemas. Pero en realidad la única
enfermedad, el único problema que tenemos es la falta de humanidad, la
deshumanización del único que puede enfermar: “El Pueblo”.
El pueblo es el
que crea, religiones, gobiernos, asesinos, poderes, ejércitos, ladrones, barrios,
ciudades, culturas. Hablamos de las discriminaciones, pero quién crea más
indignidad en un barrio, que los propios que llevan a los hijos del barrio a
ser drogadictos, traficantes, asesinos, pandilleros, incultos, sin dignidad, sin
valores, nada más que al servicio de un jefe de banda, que solamente quiere
triunfar en la guerra contra el que no acepte su supremacía.
De aquellas
etnias, que acentuando sus diferencias, quieren obligar a sus miembros a vivir
de espaldas al resto de la sociedad, no permitiendo que sus hijos estudien,
viviendo de subvenciones y ayudas, sin aportar apenas al conjunto social.
Nacionalistas
que quieren un rebaño pequeño al que poder controlar, educándoles en las
diferencias, en el odio a los demás, en las quejas constantes, en
culpabilizaciones ajenas, olvidando que Humanidad, solamente puede ser desde la
unidad, desde la hermandad indiscriminada, que solamente hay un país, una nación,
una sociedad, una casa, cuando se es humano, cuando se vive en Humanidad.
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