Siempre ha
sido fácil vivir en casa de “los padres”,
sin importar nuestro salario, podemos vestir de marca, salir con los amigos,
viajar, y si nos gastamos todo, pues a comer gratis que no hay padres que nos
dejen morirnos de hambre. Además, para eso aportamos una parte de nuestro
salario a la economía familiar, no importa que gastemos más que aportamos. Si
encima vamos a vivir con nuestros padres, reprochándonos quién pone más.
No tengo ni
idea de economía, ni cómo se realizan los ajustes entre el gobierno de la
Comunidad de Cataluña y el gobierno Central, lo que sí he sabido siempre, es
que si gastamos más de lo que tenemos, es porque vivimos con los padres o vamos
a comer y pedir a su casa.
Al principio
de establecerse los acuerdos, se le propuso algo parecido a lo que tiene la
Comunidad Vasca, pero como les parecía que les quedaba más dinero con el otro acuerdo, eligieron el que tienen ahora. Llevan muchos años, robándole a los catalanes y
diciendo que España es la que se queda con el dinero, todos los hijos hemos
dicho que nuestros padres nos explotan, pero es la juventud y no para que no
nos pillen con el bolsillo lleno.
El otro día
me ha llamado la atención, que una de las quejas es, que España recauda el 90%
de los impuestos de Cataluña. Bueno, si yo le doy el sueldo de 100 euros a mis
padres, y para mí es el 60% y el resto para los gastos de la familia. Obviamente
mis padres me devolverán 60 euros, que será lo que tengo para gastar. Si por el
contrario me quedo yo con el sueldo, tendré que darles 40 euros a mis padres y
a mí me quedarán 60 euros para gastar. Sorprendentemente me queda lo mismo.
Si el dinero
que me quedo, lo primero en lo que gasto es: con los amigos, el coche, ropa de
marca, tabaco, vicios, regalos a las amigas, y luego aparte de comer y dormir
gratis por 40 euros (para eso lo pago), me tienen que dar dinero para poder ir
a trabajar y poder llegar a fin de mes. Muy gilipollas tendrían que ser mis
padres, para dejarme todo el salario a mí, para que al final me siga faltando y
mis hermanos con hambre y ropa de segunda mano.
Cuando el dinero
que recibe el Desgobierno de Cataluña, lo primero es para los amiguetes, lo
segundo para lo que se pierde, lo
tercero para pagar adoctrinadores y los palmeros, subvenciones a los que por
ese sueldo defienden las ideas del Desgobierno, luego vienen los buenos sueldos
de ellos y sus pelotas, a veces no llega para pagar a las farmacias, la
sanidad, lo social y lo importante para los ciudadanos de a pie, que o bien no
piensan lo mismo, no han sido adoctrinados, o simplemente les importa más vivir
que la política.
Gran parte de
las infraestructuras, de los gastos comunes (representación en otros países, ejército
y fuerzas de seguridad, y supongo que cuando se hacen unas Olimpiadas y hay
necesidad de muchos millones para cambiar una ciudad, como cualquier contingencia)
saldrá de lo que se queda el Gobierno Central, que siempre será más barato que
hacerlo individualmente. Por ejemplo cuando hay incendios, se pierde alguien en
la montaña o el mar, cataclismos en los que se necesita ayuda y reconstrucción.
Aparte de fábricas
españolas que se han abierto en Cataluña en lugar de otras partes de España,
por las reclamaciones nacionalistas, las fábricas que se movieron de toda
España a Cataluña con Franco, que fue en parte por lo que tantas personas se
tuvieron que marchar de su tierra. Pienso que es fácil pedir, y más difícil
hacer lo correcto, reconocer lo que nos ayudan, en lugar de llorar pidiendo más,
sin haber administrado lo que nos han dado.
Ha habido
dinero para robar a manos llenas, para adoctrinar, para subvencionar los
controladores de opinión, para cualquier gasto que significase que al final se
quedarían los mismos ladrones, pero dirigiendo y controlando absolutamente todo,
se ha utilizado la enseñanza para adoctrinar, los entes públicos para obligar a
los trabajadores que quieran tener un sueldo garantizado, la sanidad para
darles puestos de trabajo a los que aceptasen el programa, al final falta el
dinero donde hace falta, que es para que vivan los ciudadanos, cobrar los que
trabajan para lo público, desarrollar la humanización y la convivencia, y
procurar que no se siembre el odio.
Al final, se
ha malgastado y robado el dinero que había para los gastos de los catalanes. Hay
que pedir a “papá” para comer y los gastos necesarios, sabiendo que no se lo
vamos a devolver. Cada vez que hay que pagar para que puedan comer nuestros
padres y hermanos, pedimos a nuestros padres más de lo que tenemos que pagar,
así que pagamos la deuda y nos queda para seguir malgastando en nuestras
ambiciones.
Que vergüenza
que nos envolvamos en el amor a una tierra y su bandera para robar, y aún mayor
es la vergüenza de quien lo acepta y aplaude, a veces por ignorancia, otras por
idealismo ciego, otras por lo que se “pilla”, pero siempre por olvidar o no
saber lo que es humanidad.
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