Me ha llamado
la atención durante mucho tiempo, la incongruencia de muchas de las palabras
usadas en las frases atribuidas a Buda, al menos en el significado que irradian
hacia nuestra propia actitud para vivir , para nuestra convivencia y poder
aceptarnos como somos, así como aceptar a los demás.
Es difícil
saber el significado, para los discípulos que repitieron o escribieron las
frases tras su muerte, en un idioma el “Sanscrito”, que ha sido único para escribir acerca de
la relación con el Espíritu, el Todo, lleno de palabras que
definían con precisión situaciones, sentimientos, pensamientos, y sobre todo
los conceptos de la Seidad de Buda, su Naturaleza, para que pudiese ser
entendida, dentro de lo que puede serlo por medio de la palabra.
Hablamos de: “Conseguir,
alcanzar, silenciar, esforzarnos, controlar, erradicar, liberar, fuera,
interior, Nirvana, sueño, realidad. . . . . . . ,”.
Mientras: Shakyamuni,
el Dharma, los Maestros, nos recuerdan que, no debemos discriminar ni tan
siquiera la discriminación, que no hay Nirvana que alcanzar, que no podemos
existir en ningún Universo que no sea Aquí y Ahora, que no hay espejo donde se
pueda posar un polvo inexistente, que incluso si hubiese espejo no habría
polvo, ni tan siquiera alguien que pudiese ver el espejo. Olvidamos que no hay
una Mente que sea nuestra, ni tan siquiera un ego que nos pertenezca, según nos
relata: "Buda el del Eterno Silencio", el que no habiendo nada por lo que pueda
sentir Compasión, se llama “Buda De la Infinita Compasión”.
Es por ello
que al leer, al escuchar, al recordar las frases pronunciadas o atribuidas a Buda, no son las palabras lo que forman la
frase sino su propia vivencia, la nuestra, porque no hay vivencia de Buda, que
no haya sido vivida por nosotros, por mí, por ti, por nosotros.
En el
Dammapada hay muchas de estas frases, es una recopilación de ellas, traducidas
una y otra vez, de un idioma a otro, de una forma de vivenciar el sonido a otra,
desde el entendimiento del Dharma, en lugar desde su experiencia directa, desde
su vivencia, desde vivir las palabras.
Así, vemos cómo
nos recuerdan que hay cosas o estados que conseguir, situaciones y emociones
que controlar, mentes que silenciar, controlar y dominar, que hay que abandonar
unas vivencias para buscar otras, huir del apego hasta apegarnos a él.
Decía el
Maestro que: “Hacer la mínima distinción
entre los opuestos, nos sumerge en los infiernos, que separamos Cielo y Tierra,
Espíritu y Mára, Dharma e Ignorancia”. No hay discriminación, pero ello no
nos debe llevar a creer que hay No-Discriminación.
4-II. La persona dotada de
energía, atenta, que se comporta con pureza y reflexión, que controla sus
sentidos y que actúa con rectitud, irradia una gloriosa luz espiritual para
bien de todos quienes le rodean..
4-III. La mente es difícil de
subyugar; ella es extremadamente sutil y tiene el hábito de correr detrás de
sus fantasías. El sabio debe vigilarla atentamente; una mente controlada
conduce hacia la Real Felicidad.
12-13-VI. En soledad, el
sabio abandona la oscuridad del mundo y busca la Iluminación. Va en pos de la
inefable felicidad que nace del desapego. Abandonando los placeres de los
sentidos, libre de impedimentos, el sabio se libra a sí mismo de las impurezas
de la mente.
2-VII. Los hombres de
santidad se sumergen en meditación y no se apegan a ningún lugar donde vivir.
Como el cisne que deja su lago, ellos abandonan su morada y se marchan como
monjes peregrinos.
13-VIII. Mejor que cien años
de vida en la pereza y la negligencia, es un solo día vivido activamente y
haciendo buenas obras.
5-XVI. Del apego nace el
dolor; y también del apego nace el temor; para aquel que se halla completamente
libre de apegos no existe el dolor, y mucho menos el temor.
14-XVII. El sabio que
disciplina sus actos y también su palabra se halla en camino hacia la
serenidad. El sabio que, además, controla su mente, en verdad, se ha dominado a
sí mismo.
Todo Es Buda, Buda Es Todo, manifestándose
en el Vacío donde Todo es acogido indiscriminadamente, porque la Existencia
solamente es posible en el Amor, en la Naturaleza de Buda. Todas esas palabras
pertenecen al sueño, a tratar de conocer el Sabor de la Vida, que es lo que
Somos.
Y es que las palabras son para ser escuchadas, algo imposible para el oído y natural para el Corazón, para la Naturaleza de Buda, para el Vacío.
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