Buscamos y
buscamos, intentando saber lo que es la Vida, el Universo.
Hace miles de
años Buda y los Budas anteriores, nos vienen diciendo que Todo es Vacío en su
Naturaleza. Lo que nos lleva a preguntarnos: “¿Cómo puede ser Vacío, lo que está lleno?”.
Cualquiera sabe,
que un lugar vacío, es donde no hay nada. Cuando consideramos algo al aíre,
pues hay que sacarlo para hacer el Vacío. Si la Naturaleza de la Vida y del
Universo, fuese esta, este concepto de Vacío, obviamente no existiría Nada,
pues no podríamos poner algo sin destruir el Vacío.
Antes del
Principio, cuando no había Universo, y nada en lo que se pudiera manifestar la
Vida, obviamente había Vacío, siendo lo único que existía si le queremos llamar
existencia. Pero si había Nada, ¿de dónde pudo formarse el Universo?.
Hay unas
Leyes de la propia Naturaleza, de la Vida o Universales que tendrían que
existir, que obviamente tienen que seguir existiendo en la Eternidad, por ser intrínsecas
a la existencia, a la Vida. Son la Naturaleza de Aceptación en el Vacío y la de
la Impermanencia del budismo. Haciendo que todo es Absoluto en sí mismo, que
todas las individualidades son Infinitas en sí mismas, y que toda
individualidad, siendo Absoluta e Infinita, está formada por un número infinito
de individualidades, sin dejar de ser Una individualidad.
Que el
Universo pueda estar ocupando el Vacío, obviamente necesita de esa Naturaleza
de Aceptación Infinita, si no fuese así no podría ser ocupado. Nosotros ocupamos
un Vacío, que es nuestra Naturaleza, en la que se ha conformado una composición
de energías que manifiestan una entidad, formando diferentes estructuras que
forman lo que nosotros identificamos como “yo”. Este yo, al igual que cualquier
otra individualidad, encierra en sí misma toda la estructura de un Universo,
porque el tamaño no cambia su Naturaleza de ser “Un Absoluto”, compuesto de
partículas cada vez más pequeñas, que flotan en inmensos vacíos. Por Naturaleza,
al final solamente quedaría el Vacío.
Otra de las
Naturalezas que podemos percibir es la de la Impermanencia, lo vemos en la
manifestación de las diferentes individualidades, todas ellas diferentes entre
sí, todas cambiando a cada instante, todas transmutándose en otras antes de
volver a su origen. Vemos cómo la información acumulada a lo largo del tiempo,
en su Eternidad, va creando y modificando las formas, de las diferentes
individualidades. Partiendo desde un mismo origen, se han formado: “Estrellas, constelaciones, agujeros negros, planetas, polvo cósmico, océanos, animales, plantas, incluso
nosotros y todas nuestras razas y diferencias personales”.
Obviamente de
toda la información almacenada, cada individualidad utiliza una solamente, pero
en una cantidad infinita, lo que determina que cada individualidad sea
diferente de las demás. Por muy pequeña que sea una individualidad no puede
existir otra que sea idéntica, porque limitaría la capacidad de evolucionar.
En cada
Universo la información y la capacidad de manifestarse, son por tanto también
infinitas. Lo único que permanece en la Eternidad es lo que cada individualidad
es. Lo que Es no puede ser modificado en lo más mínimo. Pero la capacidad de
creación en cada individualidad es Infinita, si fuésemos conscientes de lo que
somos realmente, podríamos crear cualquier cosa, cualquier personalidad,
cualquier forma, podríamos incluso transformarnos en flor, esta es nuestra
potencialidad, pero no nuestra capacidad. En nuestra individualidad, hay
infinidad de células madre cuya información no puede ser idéntica. Si eligiésemos
a la adecuada y usásemos la información que tenemos, podríamos hacer que nos
crecieran órganos o repararlos, modificarlos, o crear en nosotros los de otras
especies. En cada individualidad existe la Información de la Vida entera.
Lo que no podemos controlar es lo que
será de esa modificación. Vemos que los cambios se han realizado a lo largo de
millones de años, que siempre han sido para resolver problemas de seguir
existiendo o de tener una mejor adaptación. Usando el ego, nunca sabremos lo
que hacemos, hasta que sea tarde. No hay dos células, dos átomos, dos gen, idénticos,
esto es lo que crea las mutaciones, los cambios, lo que permite la adaptación a
las diferencias, lo que hace que cada individualidad sea única.
Si miramos esta Naturaleza en el Vacío,
en algún momento, una de las mutaciones permitiría manifestar algún tipo de
energía, que a su vez siguió mutando, hasta crear el Holograma Universal.
Mientras que la Vida permite la
manifestación, solamente el Vacío puede albergar desde su Aceptación, cuanto
sea creado para manifestarse en el Universo. Al estar formado en y por Él, es
probablemente lo que el Buda percibió, al decir que Todo es manifestación del
Vacío, que la Naturaleza de Todo es el Vacío.
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