Parece
mentira que desde el “Así es Arriba, como abajo”, quizás la explicación más
sencilla que se ha dado, subiendo un escalón en la comprensión de la Vida, fue
cuando alguien dijo: “Yin y Yang”, el lado iluminado y el sombreado de una
misma montaña.
Tratamos
de entender la Naturaleza de Dios, de la Vida, del Todo, usamos toda la
ciencia, los superordenadores, nuestro entendimiento, inteligencia y
comprensión. Analizamos lo grande: en planetas, sistemas solares,
constelaciones. Las ondas, las vibraciones, la luz, la energía, todos los aspectos
que somos capaces de encontrar, en lo grande o lo pequeño, de las células, los
átomos, protones, neutrinos, quarks. Pero olvidamos, lo que a veces no
entendemos: Yin y Yang, la ladera oscura y la iluminada de una sola y única montaña,
pero ¿quién sabe chino?, bueno ahora más gente, pero no hace falta para
estudiar las ciencias.
Estudiamos
los fractales, reproducimos la construcción fractal de muchas cosas, pero
olvidamos que la Vida no repite nada, que incluso dos átomos que nos parecen
iguales, no pueden serlo porque impedirían la evolución. La Vida es un solo y
único patrón, en el que nada se repite. Pero entonces no habría nada que
estudiar realmente, por lo que tenemos que seguir intentando comprender lo
incomprensible.
Vemos
las matemáticas que son infalibles, solamente ha habido que cambiar un tipo de
ellas por otro y podemos mandar sondas y artilugios a estudiar planetas
lejanos. Con la matemática cuántica podemos descubrir el origen de la Vida. Si
quisiésemos viajar desde un punto del Universo hasta su confín, supongamos mil
millones de años luz, viajando a la velocidad de la luz y según el movimiento
diferencial del propio Universo entre sus diferentes constelaciones,
tardaríamos mil millones de años, puesto que la velocidad máxima sería la de la
luz. Pero la Vida abarca y supera el tamaño del Universo, realmente está en
todas partes al mismo tiempo, por lo que realmente estaríamos en aquel lugar de
alguna manera, lo que haría que nuestra velocidad creciera hasta más allá del
infinito, porque iríamos desde donde estamos a donde estamos, llegaríamos sin
haber salido. Lo que exigiría una nueva formulación para las matemáticas.
Porque
la forma más rápida de viajar, siempre es viajando en el Ahora, en el Ahora
Absoluto que sin moverse está en todo el Universo, siendo el tiempo, para no
ser regido por él.
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