Siendo
que he crecido en una barriada, en la que no había tiendas de moda, incluso de
ropa y que era de modelos de toda la vida. Cuando en un kiosco o tienda, sin
vender mejor calidad, sin vender cosas diferentes y siendo más caro que los
otros, la gente iba a comprar en ese lugar. Cuando en las otras tiendas siempre
había problemas de vender a alguien que no tenía la edad, que no pagaban
correctamente los impuestos, siendo vigiladas, investigadas y cerradas a veces.
Al final todos en el barrio sabíamos por qué.
Al
final cuando gentes de otros barrios venían preguntando, les dirigíamos
directamente a ese lugar, nunca hubo quejas de nuestra información.
Cuando
quien quiere seguir en Europa, que España les ayude y les compre, pero manejar
su dinero, cuando los que quieren que nadie se separe y que todos sean iguales,
cuando los que quieren un mercado libre, cuando los que quieren que todo sea público,
cuando los que han sido encerrados por terrorismo, cuando los que meten en la cárcel,
los que tienen el dinero, los sindicatos, los jueces, los fiscales, todos se
ponen de acuerdo para crearle problemas a la única tienda que no paga protección,
y compran al que vende más caro y no
mejor calidad. Me pasa lo mismo que con el kiosco de mi barrio.
Andalucía
no ha conocido más varón, que el primero. Tiene subvenciones de Madrid y
Valencia, peor nivel de vida, las subvenciones que recibimos de Europa en gran
medida van a Andalucía, no hay trabajo, se vive del PER, desaparece el dinero
misteriosamente, y todo está bien y bajo control. Madrid que paga la falta de
liquidez de las tiendas del figura, resulta que está llena de maleantes que
roban y todo, pero tiene que meter dinero en la tienda “del honrao”, pero solamente
para que puedan comer, porque el que está de moda y vende es el de la tienda
misteriosa.
La
verdad es que la política es mucho más complicada que mi barrio, pero al final
sabremos lo que vende, igual que en el kiosco de mi barrio. La gente no compra
toda en una sola tienda, si no hay algo especial en la mercancía, más cuando ni
lo que se vende es diferente, ni mejor y además es más caro.
Es
el que todos los pelajes estén de acuerdo, donde quieren comprar lo que me ha
convencido, que independientemente de lo que quieren, lo que reciben les vale la
pena. No sabremos cuanto paga la gente, pues aparentemente son simples chuches,
pero cuando la familia del kioskero reparte y maneja tanto dinero con su
clientela, me da que las chuches son de algún tipo especial.
A
mi me gustaba comprar en los otros kioskos y tiendas, porque al estar tan
vigiladas por la policía, Hacienda y la Justicia, me daban más confianza, porque
todos los demás compraban en el diferente, hasta los que vigilaban a los demás.
A
veces lo mejor para entender política es mirar en el barrio, o en la familia,
porque si manejas lo que tienes de esa manera, nunca te faltará, ni tendrás que
ir a vender mercancía del “Kiosco Especial”.
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