A veces,
perdidos en la búsqueda de las metas que nos hemos propuesto, tratamos de
erradicar de nuestras vidas lo que creemos obstáculos o lo que nos distraerá de
conseguir nuestros deseos.
Una vez
determinados los obstáculos y los problemas, buscamos un medio o sistema, que
nos facilite la consecución de los logros que hemos marcado, como cumbre de
nuestras metas.
Buscamos incansablemente,
respuestas a las preguntas que no las tienen. La Vida, Dios, para que nunca
perdiésemos, lo importante, lo necesario, lo depositaron donde nunca lo perdiésemos,
donde nunca tuviésemos que buscar: “En
nosotros, en nuestros corazones”, en ellos están: Vida, Dios, Religión,
Amor, Mente, y la respuesta a todas las preguntas: “Es lo que somos, somos sus creadores”.
Dice Lao Tse que: “En el momento en que se busca, se
pronuncia, se conoce, se percibe el bien, es el nacimiento del mal, su origen,
su manifestación”.
Una historia
que cuentan de un meditador, en la búsqueda de la Verdad, nos dice lo
siguiente:
UN TEMA DE MEDITACION...- Este cuento es un verdadero clásico y los maestros se sirven
de él tanto en la India, como en el Tíbet, Nepal y otros países de Asia. A
menudo, cuando se habla de la caótica situación de la mente, los maestros lo
refieren por lo muy significativo que resulta.
Un aspirante espiritual estaba animado a hacer un retiro de
meditación, pero no sabia que técnica utilizar. En vista de ello se dirigió a
un maestro y le expuso:
- Maestro, te estaría sumamente agradecido si pudieras procurarme
una técnica de meditación, ya que voy a estar en el bosque varias semanas en
retiro de Meditación.
El maestro dijo:
- Me parece una excelente resolución. En el bosque hallaras la paz
necesaria para meditar, aunque la paz hay que hacerla luego en la propia mente,
como sabes. No te voy a dar ninguna técnica de Meditación, pero puedes pensar
en lo que quieras excepto en monos. Toma buena nota: no pienses en monos.
Tras agradecer al maestro su instrucción, el aspirante partió hacia
el bosque. Se dijo: "Desde luego que es bien fácil el método que me ha
proporcionado el maestro. No tendré el menor inconveniente, pues anda que no
hay cosas en las que poder pensar excepto en monos".
El aspirante se estableció en un recoleto y reconfortante lugar en
la frondosidad del bosque, para estar en paz. Estuvo allí varias semanas y
luego volvió junto al maestro.
El maestro saludo cariñosamente al aspirante y enseguida le
pregunto:
- ¿Que tal ha ido el retiro de Meditación?
- No he logrado pensar en nada que no fueran monos. Una y otra vez
los monos venían a mi mente. Día y noche
los monos estaban en mi escenario mental. Ha sido como una pesadilla.
A lo largo de
nuestras vidas, tratamos de evitar: situaciones, seguir determinados caminos, y
lo único que sucede es que no podemos evitar que vengan una y otra vez las
situaciones que nos llevan en esas direcciones, al menos es la impresión que
nos da.
En la Vida
todo se está transformando, pero no puede ser destruido, menos aún lo que
existe, lo que hay en nuestro plato en este ahora. En el momento en que
queremos destruir o evitar la existencia de algo, nuestra propia lucha,
fortalece a lo que solamente intenta mantener su existencia, sin poder
comprender nuestro odio, nuestro deseo de extinguirlo.
Cuando pretendemos
silenciar la mente durante la Meditación, es el propio intento de silenciar, lo
que crea el ruido de la mente. Cuando tratamos de silenciarla, en su incomprensión,
la mente no puede dejar de preguntarse: ¿Por qué quieren que no manifieste mi
naturaleza, por qué quieren silenciarme, cuando me dan motivos para pensar?
Tratamos siempre de que nos enseñen
las recetas, para conseguir lo que deseamos, queremos entender la Vida, lo que
somos, el por qué de las cosas o lo que son. Olvidamos que en el equilibrio del
Yin y el Yang, el conocimiento, tiene que estar equilibrado con la ignorancia,
que las preguntas, solamente pueden existir en las respuestas, que cuanto más
silencio produzcamos, mayor será el ruido que percibiremos.
El propio deseo de querer destruir el
concepto, el pensamiento, la noción de los monos, es lo que hace que
fortalezcamos su existencia, solamente pensar o crear un esbozo de una
irrealidad, es el origen de su nacimiento como realidad.
Cuando percibimos el bien, estamos
creando el mal. Cuando tratamos de destruir el mal, solamente lo fortalecemos. Cuanto
más buscamos algo fuera, mayor es su fortaleza dentro. Cuando buscamos algo
dentro, su existencia se crea fuera. Es la ley del Yin y el Yang.
El Maestro sabía que la mejor manera
de no pensar en monos, es siendo mono. Por eso en la Meditación durante siglos,
los Maestros solamente nos han enseñado a buscar lo que somos, saben que es lo único
que no podemos encontrar. ¿Cuál es la utilidad de pensar en los monos, cuando
lo estás siendo?
Quien quiere el Bien, no lo busca, no
intenta destruir o anular el mal. Es al menos lo que haría el Bien.
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