Hace ya unos años, en un corto espacio de tiempo vinieron varias
personas, para terapia de reflexología, todas ellas habían pasado sus vidas en
la búsqueda espiritual. Siendo de los primeros en España en comenzar a
practicar yoga, meditación, algunas estuvieron en India con algún gurú, habían
estado haciendo cursos y practicando, muchos métodos, estuvieron en Zen, budismo
de diferentes escuelas, unas vidas dedicadas a la búsqueda del espíritu, a la
práctica de la espiritualidad.
Cuando vinieron, estaban desequilibradas,
ansiosas, desengañadas, frustradas, con diferentes manifestaciones de su
decepción, al no encontrar los resultados perseguidos en su esfuerzo. Ninguna de
estas personas pudo ver en sí misma, el poso de esas prácticas, de la pátina
acumulada por su esfuerzo, al no encontrar, al no ver nada de lo buscado.
El eslogan de mi blog es: “Quien se
busca no puede encontrarse”, es quizá el contrasentido, pues tampoco puede
encontrarse quien no se busca. A estas personas, mi explicación fue que si eres
un gran gourmet, es difícil sentirse satisfecho si al visitar una zona de
grandes restaurantes, tras comer en uno, no podemos dejar de entrar a comer en
los demás al ser tan buenos. Todos ellos son buenos restaurantes, en cualquiera
quedaremos satisfechos y alimentados, pero no podremos quedar bien y
satisfechos si no dejamos de comer, y convertimos el alimento en lo que somos,
expulsando lo que no hemos podido asimilar. Posteriormente el que somos en ese
momento, podrá comer en el siguiente restaurante y aprovechar el alimento.
Buscamos al meditar silenciar la
mente, en lugar de escucharla desde el Silencio. Nos sentamos en Meditación para
meditar y encontrar nuestro Ser, al Espíritu, nuestra realidad, la unión con
Todo. Algo que nunca sucederá, algo que no puede ser encontrado. Nunca el río o
la lluvia, han tratado de mojarse. Nunca la ola pretende encontrar el mar, o
dejar de serlo, por eso no necesitan meditar, son “El Buscador, el Eterno
Encontrador”, porque no es buscador quien busca, sino quien ha encontrado.
Cuando nos sentamos a buscarnos,
cuando queremos silenciarnos para encontrar el silencio, cuando buscamos la
espiritualidad, sentamos a nuestro “yo” como buscador, como observador,
tratando de encontrar lo que somos.
El verdadero Buscador, sienta a
Shakyamuni, al que ya ha encontrado para que le encuentre, sienta a Buda, el
que no busca, porque es el Ser, el Todo, el Absoluto Vacío, para olvidar quien
es en el yo que quiere sentar a buscar, sienta al Silencio de su Naturaleza
para encontrar la voz del que se ha sentado.
No puede el Buscador, encontrarse a sí
mismo, porque es lo único que no puede ser percibido. Por eso sentamos nuestra
frustración, nuestro deseo, nuestra ignorancia, nuestra ansiedad por encontrar
lo que soñamos, tratando de olvidar nuestra creación. No podemos dejar de
percibir lo que hemos cread como “yo”, porque no es lo que somos. No podemos
dejar de percibir la sociedad que hemos creado, la violencia, la ignorancia, y
cuanto manifestamos. No podemos encontrar el Silencio, atormentados por el
ruido que generamos, por los pensamientos que quieren percibir y crear lo que
todavía no se está manifestando.
No podemos encontrar la Iluminación,
no podemos crear o practicar la Meditación, encontrar el Silencio, unirnos con
el Espíritu, integrarnos en el Todo, porque no podemos encontrar lo que somos.
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