No pretendo molestaros

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Yui Shin

jueves, 1 de septiembre de 2016

SIENDO


          Es en la dualidad, en su entendimiento, en la comprensión del Yin y del Yang expresado en la imagen del Taiji o Taijitu, donde se diferencian principalmente los conceptos básicos de Occidente y Oriente, así como la comprensión que realizan en sus filosofías de la Vida Única, de Dios, del Vacío, del Absoluto.
          El Yin y el Yang, no puede ser apreciado en lo Absoluto, cuando el entendimiento de la dualidad que simbolizan, es el de que ambos son interdependientes y que son mitades de una misma individualidad, siendo imposible su separación.
          En cambio, cuando se entiende como dos individualidades opuestas, lo Absoluto tiene un yo observador, o una creación que lo manifiesta y le da forma.
          El aparente dinamismo que se refleja en la imagen del Taijitu, es desde el punto en que la dualidad puede ser observada, incluso en su manifestación. Pero no es así en el concepto según mi opinión, en el cual, las dos mitades en la individualidad no tienen existencia real en la dualidad Yin-Yang. Las mitades son conceptuales, existiendo en la infinitud de partes y formas en las que puede ser dividida la Individualidad en dos mitades y los puntos desde los que ambas mitades pueden ser observadas y comparadas. Siendo que ninguna de las dos es Yin o Yang hasta que no son comparadas. Para lo que es imprescindible el observador, la propia individualidad con la separación de las dos mitades, observado-observador, con su trilogía consiguiente: “El conocimiento de lo observado”.
          Cuando se observa desde el Budismo la dualidad, hay también las dos maneras de observar el funcionamiento de la dualidad: Buda es todo, pero nosotros lo buscamos y podemos encontrarle. O podemos no unirnos a Buda, no encontrar a Buda, simplemente anular la separación que nosotros percibimos, con lo que no cambiamos nada, simplemente al no existir separación, desaparece el Yin y el Yang como manifestación.
          En el primero el yo se vacía, para encontrar el Vacío del Yo, en el segundo no hay yo, ni tan siquiera algo que pueda llamarse Vacío, menos aún, un Yo.
          La diferencia entre occidente, Un Dios-Una Creación, materia-espíritu, innumerables niveles de manifestación, una auto-salvación o la salvación por los poderes divinos, la desaparición de los aspectos negativos en “nuestra vida”.
          Y oriente, en el aspecto del budismo Zen, derivado de otro concepto de la dualidad, es notable, el resultado del esfuerzo es el Vacío. No hay lugar donde llegar, incluso no hay Nirvana. No hay meta, no hay un Buda en quien transformarse, pues Buda ya Es Todo. No hay salvación, no hay desaparición de nada, no hay vida de algo. Al no haber ego, al no haber separación: “El Todo no tiene manifestación que pueda ser percibida”. Nuestra existencia no puede ser percibida, pero si fuese una no-existencia, sería porque algo ha percibido su ausencia, si fuese un Vacío Absoluto, donde no existe nada, desaparecería el concepto de Vacío.
          Ser Buda es trascender el Yin y el Yang, la dualidad, los opuestos. Trascender no es llegar a ningún punto o nivel, no es un logro, al no haber ego no hay quien pueda llegar a ningún sitio, no hay ni tan siquiera un Buda a quien llegar, por lo que no hay nada que trascender tampoco.
          El Todo es Vacío, la importancia del Todo y del Vacío, se tiene que diluir en el “Es”. “El Vacío “Es" Todo, Todo “Es” Vacío”.
          No hay fuera o dentro. No hay Buda, ni Dharma, ni Sangha. No hay mente ordinaria, ni Mente de Buda.
          En un Todo donde existen el Yin y el Yang, infinitas mentes, infinitos Budas, la dualidad, el ego, los cielos y los infiernos, nada puede manifestarse, existiendo en el Vacío de la Seidad, porque el ser lo que somos, no es algo en la separación, en la percepción, porque incluso para entender que lo dual no existe, solamente podemos hacerlo en la dualidad.

          Es en el Ser, en la Seidad, donde no hay dualidad posible o percepción de algo, porque el Siendo, no percibe lo que Es y se manifiesta Siendo. No hay Yin que perciba al Yang, no pueden percibirse a sí mismos, no hay un yo que pueda ser Buda, ni Buda que sea yo, en el Siendo.


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