Cada persona tiene su verdad, su razón, y no, no está equivocada,
no importa cuan loca y absurda es esta verdad.
Si alguien me preguntase, ¿cómo debería vivir esa persona?, sin ninguna duda mi respuesta sería: “Vivir con su verdad”, sin importar cuan equivocada sea, o esté.
Pero cada pareja, cada familia, por la
misma razón de ser una individualidad, debe de vivir con “Su Verdad”.
La sociedad, el pueblo, debe de vivir con
una única verdad, aceptando todas las que sus individualidades mantienen, pero
practicando la que se ha decidido para convivir. Cambiándola cuando las
circunstancias determinen que hay que hacerlo, pactada y aceptada por todos.
Democracia, no es dejar atrás tu verdad, sino aceptar las demás, decidir cuál de ellas va a ser puesta en práctica,
ver los resultados, siendo que todos nos esforzamos en una única Verdad, que es
la de la sociedad, la de la Humanidad, que por supuesto no tienen “Su Verdad”,
sino que defenderán a muerte la que todos hayamos aceptado poner en práctica.
Hay que defenderla a muerte todos juntos,
esa única Verdad, porque es la Vida que viviremos, la que manifestaremos como
Sociedad, como Humanidad, como individuos.
Nuestras sociedades, cuestionan las
verdades de los demás, luchan por imponer las suyas. Manifestando sus
desacuerdos, el resultado es guerras, luchas, odios, dictaduras, oligarquías, competencia
y empujar cada uno en una dirección diferente.
Podríamos saber el por qué, vivimos tan
alejados del camino de la Humanidad, pero si no lo evitamos nos queda tiempo de
aprenderlo. Es algo que podemos hacer ahora mismo, simplemente viendo los
resultados de vivir en nuestra verdad, sin respetar las demás, sin buscar una
sola Verdad que poner en práctica como Humanidad, como sociedad, como pueblo.
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