No
debemos olvidar que pertenecemos al reino animal, que cuando hablamos de
respeto hacia los animales, estamos incluidos en ese respeto las personas también.
Y todos los animales, esos que nos comemos, siendo engordados, encarcelados y
engendrados artificialmente, que el único respeto que nos merecen, es en un
plato, muertos, descuartizados y cocinados.
¿Prohibirán
en Cataluña, comer carne, evitando así el maltrato animal que defienden o estos
animales no merecen su respeto?
¿Es mejor asesinar animales que han vivido
en jaulas, que a los que viven en semilibertad?
¿Es amor a los animales que desaparezcan,
porque nadie querrá tener grandes espacios y gastos para que vivan los toros?
¿Es mejor que hayan desaparecido los
burros, los mulos, y cuantos han dejado de ser útiles, a que se utilizasen para
algo?
¿Es mejor gastar el dinero en grandes
extensiones de terreno, personas cuidándolos, para poder ver felices a los
animales, alejados del peligro del gran depredador, o usarlo para que coman los
que no tienen?
A veces las palabras y la ideología, lo
aguanta todo, pero al final hay que tomar decisiones de cómo queremos vivir.
Los animales se merecen todos, el respeto
por igual, no solamente las mascotas y los que decidamos nosotros. Los que nos
comemos viven malamente: hacinados, en jaulas, engordados artificialmente,
asesinados a traición para que no sufran, descuartizados para ser comidos por
su depredador.
¿Acaso eso es respeto?, ¿es que la gula es
suficiente razonamiento para perder el respeto que pregonamos y exigimos para
los que nos gustan?.
Hablamos y hablamos, pero se nos olvida la coherencia,
que el respeto, la dignidad y el amor, no son para lo que nos hace gracia, nos
gusta o nos viene bien, es lo que determinará la sociedad y la forma en la que
viviremos.
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