Publican hoy
en la Gaceta, un artículo acerca de la limpieza de calles, no en el sentido de
la suciedad, sino en el de borrarlas del callejero, que está haciendo el
Ayuntamiento Podemita, que dicen: “Podemos, porque no respetamos a nadie, ni nos
importan las opiniones de los demás”.
La calle
es la de Millán Astray, que “Los Carmenitas”
dicen que vivió en la época de Franco y por lo tanto no puede ponérsele su
nombre a una calle. Probablemente si se llamase la calle: “El Gran Putón”, no habría problemas, pues
engrandecería a un dirigente comunista.
Los legionarios, defienden el mantenimiento del nombre de la calle, pues la dignidad de Millán
Astray y el darle su nombre a una calle, proviene de la Guerra de Filipinas y
su heroísmo y ayudar a gente necesitada, el problema es que para ello, habría
que saber de la existencia de Filipinas, su historia, y que hubo una guerra,
demasiado para la gente que Carmena dirige.
En su argumentario acerca de lo que
esgrime el ayuntamiento madrileño, para finiquitar el nombre de la calle, por métodos
democráticos de: “Porque me da la gana”. Los legionarios
dicen lo siguiente, acerca de una atribuida disputa, aparentemente falsa y tergiversada,
son unos párrafos:
“La tercera
"falsedad" presentada por el equipo de Sauquillo, se refiere al supuesto
enfrentamiento entre Millán Astray y Miguel de Unamuno, el 12 de octubre
de 1936 en la Universidad de Salamanca. Los legionarios han desmentido que el
militar desafiara al escritor y que gritara "¡Viva la muerte! ¡Muera
la inteligencia!", y han atribuido esta "versión sesgada de la
realidad" a una serie de "tergiversaciones"”.
Cuando en
el ayuntamiento han leído, este argumento, han decidido quitar la calle. Pero también
han tomado la decisión de nombrarlo “Profeta”.
Para ello
simplemente han necesitado debatirlo, mirándose al espejo. Lo que vieron les
confirmó que Millán Astray acertó en su premonición: “La
inteligencia ha muerto”, confirmado por el equipo de Podemos, ¿Por qué?,
porque podemos, que es la democracia que siguen.
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