Es
nuestra época, nuestro momento, en el que más facilidades tenemos para recibir
las noticias, leer y conocer las frases y los libros del conocimiento mundial,
simplemente con hacer un clic o unos pocos.
Quizás
esta facilidad, evitándonos el tener que pensar por nosotros mismos, nos ha
llevado a simplemente copiar y repetir, frases y momentos que mucha gente ha
dicho, que son importantes o profundos.
Tenemos
libros de religiones, cada día más puestos en duda, por las gentes que en gran
número ni tan siquiera han tenido que leerlos, les ha bastado conque alguien a
quien admiran sin conocerle, les haya dicho que todo son mentiras, que es un opiáceo
que anula tu mente, que es el destructor de la libertad social, que son el
origen de la esclavitud y el terrorismo. Nuestra reacción es seguir esas
opiniones, que mayoritariamente no podemos argumentar, porque no son
verdaderamente nuestras.
Hemos
perdido de vista, acostumbrados a pedir sin aceptar responsabilidad, no
solamente de nuestra vida, sino de la sociedad que hemos creado y en la que vivimos,
que lo único importante del libro, más allá de lo que hay escrito en él y la
profundidad de su mensaje, es lo que cada uno entiende de las palabras
escritas, porque el valor del libro está realmente en nuestro entendimiento.
El
valor de nuestro entendimiento está más en lo que hagamos con él, que si es
correcto o incorrecto, porque lo que entendemos, siempre es correctamente
nuestro entendimiento. No importa, las diferencias con lo que entienden los demás
o con el entendimiento con el que fue escrito, el libro expresa solamente lo
que estamos entendiendo.
Cuando
leemos un libro, cuando nuestras acciones decimos que han sido de acuerdo a sus
enseñanzas, cuando creemos que nuestra vida ha sido arruinada por lo que
alguien ha escrito, expresado, o porque usamos su entendimiento, estamos
olvidando que hemos sido creados en “El Libre Albedrío”, que hace que vivamos
con nuestro entendimiento, o vendidos al entendimiento de otros, en completa
libertad.
Las
Religiones están expresadas en nuestro entendimiento, nuestro hacer, cuando
criticamos, atacamos o denostamos de una de ellas, simplemente lo hacemos de
nuestra forma de vivir esa religión. Generalmente los que vivieron la vida que
expresa e inspira esa Religión, mayormente, es una vida dedicada a los demás, a
la justicia, al amor, a intentar engrandecer a cuantos le rodean.
Cómo
se manifiesta la Religión, es solamente responsabilidad nuestra, no de sus
fundadores, de sus transmisores que solamente pueden transmitir su entendimiento,
ni de los que nos la explican por la misma razón. Es por esa misma razón, que
la Religión siempre dependerá del entendimiento individual, porque no podemos cargar
con nuestra responsabilidad a los demás.
El
alma de quien escribe, está encerrada en las palabras escritas.
Pero
el alimento de esa semilla es, siempre el fruto de quien las lee.
No
importan las palabras escritas para quien sabe leer. No importa qué o el por qué
escribimos algo, su significado dependerá siempre del que lee.
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