Los habitantes del pequeño pueblo,
Oraban y admiraban, al río que horadado había,
La piedra enorme, que el río partía,
Que en inmenso lago, en tiempos pasados,
Contemplando y buscando
La paciencia y constancia,
Que en derribar obstáculos,
En el río vivía.
La roca mientras tanto,
Susurraba en el viento,
¡Gracias, gracias,…., río!
Por cumplir de mi corazón anhelo,
¡¡Ver el mar, llevado por ti,
En humano eterno esfuerzo!!.
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