No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

miércoles, 9 de noviembre de 2016

SIMPLEMENTE, BEBE


        Cuando compramos una botella de vino, generalmente la bebemos sin ningún pensamiento que este más allá de disfrutarlo. Abrimos la botella, generalmente lo servimos en una copa o vaso, y solos o en compañía lo disfrutamos comiendo algo.
        Hacemos y vivimos tantas cosas que no nos dicen nada que escuchemos, que a veces, incluso me recuerda, aquella situación en la que alguien pedía a Dios, le mandaba lo que pedía y sin verlo seguía pidiendo.
        Cuando nos bebemos el vino, la botella recupera lo que siempre ha sido como botella, un pequeño trozo de Vacío al que le da forma. Ha dejado de ser una botella de vino, para ser de nuevo una botella, alguien quien conserva el Vacío en su interior.
        Lo único que separa el Vacío de fuera de la botella con el del interior, es la propia botella, que es el nexo de unión o separación entre ambos.
        La botella puede mirar dentro para encontrar el Vacío, también lo puede buscar fuera, lo que indica que lo que está haciendo es separar el único Vacío, en dos. Podría unirlos, pero también indicaría que los está separando, que la botella sigue siendo ella, como frontera de separación de ambos Vacíos que ella contempla.
        La existencia de la botella depende, de que haya un espacio vacío que ella pueda ocupar. Que ella sea vacío también, permitirá que sea una botella de …., en lugar de ser una nada llamada botella.
        La botella que encierra, que le da forma al vino, que le mantiene separado del Vacío exterior, es el ego.
        Lo que llena ese vacío, es lo que somos, algo que estaría diluido en el Vacío si no fuese contenido por la botella.
        Elegir bien el vino, comer algo que nos dé plena satisfacción, beber a pequeños sorbos ese vino cuidadosamente elegido, sin rechazar escoger la copa en la que lo escanciaremos, hará que de nuevo retornemos al vacío de la botella.
        Si la botella conserva la forma, si la botella permanece incluso sin el vino. Solamente sería indicativo de que nunca fuimos nosotros, sino que siempre hemos sido: “Botella de vino”, separados de cuanto nos rodea, de cuanto permite que seamos lo que somos.
        Bebe cuidadosamente, disfruta del alimento y del vino que has elegido, olvida la botella vacía, porque habrás vuelto a casa.
        Creemos que es la Vida quien alimenta el Universo, pero quizás es el Universo quien tiene que alimentar la Vida.


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