No sé
cuantas historias de buscadores de sí mismo, del verdadero yo, he podido leer,
todas ellas llenas de esfuerzo, dedicación, sacrificios y una constancia que trasciende
el tiempo. En nuestros días hemos abandonado la ignorancia y la ciencia y
tecnología han avanzado enormemente. Gracias a estos avances, cualquiera puede
encontrarse a sí mismo sin esfuerzo y casi inmediatamente.
Es lo que
aporta el conocimiento a nuestras vidas, simplificando nuestra búsqueda. Hoy somos
todos más iguales y democráticos, por lo que para buscarnos a nosotros mismos,
solamente es necesario abrir dos cuentas de correo electrónico, y mandarnos un
SMS cuando estamos perdidos, y sabremos inmediatamente dónde estamos. Si no nos
gusta escribir o tenemos problemas de expresión, solamente es necesario incluir en el móvil la aplicación de GPS y sabremos en todo momento, dónde está el “yo mismo”.
Rinzai decía,
que lo más común y acertado para una pregunta desde la dualidad, era una
respuesta desde el Absoluto. Cuando la pregunta es acerca o desde el Absoluto,
la respuesta indicada es acerca de la dualidad o desde la dualidad. Esa sería
la correspondencia de alternancia entre el Yin y el Yang. Algo proveniente del
Absoluto, se corresponde con lo dual, y viceversa.
Todos sabemos
que el Absoluto no puede preguntar, ni tiene preguntas, por lo que es una
abstracción, para explicarnos que los conceptos aunque funcionan en ambos
mundos, es necesario adaptar nuestro entendimiento, para saber desde donde los
estamos mirando o expresando.
“La Mente de Buda, es la mente ordinaria”, dice el Maestro. Nos pasamos a veces la Vida intentando
verlo, entenderlo, pero si llegásemos a ver la Mente de Buda, es porque
nosotros no lo seriamos, siendo que tenemos y somos en la dualidad mente
ordinaria. A veces tratamos de ver esta Mente de Buda en lo ordinario: “El susurro del viento, en la belleza de las flores, en
el amor, en las relaciones con el resto de la Vida, …”, pero olvidamos que ese yo tan ordinario, que es el
creador del ego, no puede salirse de la Mente de Buda para verla.
En el Sutra
de Vimalakirti, se meten millones de seres y budas en una habitación, donde está
Vimalakirti enfermo en cama. Se traen unos sillones del Universo de gigantes de
uno de los budas, se sientan en ellos hasta los Bhodisattvas del Universo enano
o microscópico, y la habitación se adapta al espacio necesario para que todos
estén cómodos, los sillones se adaptan al tamaño y forma de quien se sienta en
ellos, todos los budas con sus séquitos se interesan por la salud de un mortal
y además comerciante, y teniendo toda la casa, solamente se reúnen en una sola
habitación.
Como vemos
en las enseñanzas, en las explicaciones de Shakymuni, nos recuerda que no
importa nuestra condición o naturaleza, que el Dharma, la Mente de Buda, se
adaptará para que seamos Ella, que nada quedará excluido, que no importa cuan
grandes son los Universos, porque la Verdad es Una, que no importa donde
busquemos lo que somos, ya estamos en la habitación donde no podemos perdernos,
que no tienen que curar nuestra enfermedad, porque ellos forman parte y son la
misma casa, la misma habitación, iguales a nosotros en nuestra diferencia.
Creemos que
lo que percibimos es una irrealidad, que al cambiar las cosas según nuestra
percepción, nuestra evolución o nuestro momento, es porque lo que vivimos es
irreal. Pero la Verdad, la Realidad es Una, y somos parte de ella, pero no una
parte divisible o indivisible de Ella, somos una parte en la Individualidad,
que Eternamente es Una, la Individualidad del Todo, la Seidad del Vacío.
Dice el Maestro: “La Mente de Buda, es la mente ordinaria”.
E incluso esto, es explicar lo Absoluto desde la dualidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario