Hay tres
materias primordiales en la enseñanza, al menos la que inculcan los Maestros: “Principios, Tolerancia y Sabiduría”.
Basta mirar
alrededor, para darnos cuenta que no sabremos si la enseñanza del pueblo, al ser
impartida por educadores, tiene otras metas, si es porque los educadores
enseñan el conocimiento práctico, si es que los métodos son impuestos para
servir a los intereses de los poderes, o simplemente el pueblo ha tirado la
toalla y prefiere ser adoctrinado, a pensar por sí mismo.
Si miramos
alrededor, sin salir de España, tenemos diferentes zonas, en las cuales al
parecer los limones se ven del color que dice el gobierno de turno.
En la
Comunidad Vasca, durante años, de los colegios, institutos y universidades, han
salido mayoritariamente nacionalistas, con gran número de cachorros
terroristas, aprendices de asesinos, simpatizantes que los apoyan o los que lo
aceptan sin emitir opinión. Una minoría, que quiere pertenecer al lugar donde
ha estado durante siglos.
En la Comunidad
Catalana, salen de la enseñanza, nacionalistas y separatistas, desde los 3 o
cuatro años, que podría ser una razón para que se legalizase el voto a esa
edad. Difícilmente eso puede deberse a la enseñanza, pues raramente los niños
tienen la información necesaria a esa edad, para formarse una opinión desde el
conocimiento y la libertad, por lo que podría ser por adoctrinamiento.
Si miramos
a la antigua Convergencia, tras cuarenta años de adoctrinamiento, llega
Ezquerra y le come la tostada, por lo que se han tenido que quitar la careta de
amiguetes del gobierno central y tirarse al monte. Probablemente lo está
haciendo también el Partido Nacionalista Vasco, al haberle comido la merienda:
Bildu y Podemos.
En los
alrededores, vemos a diario lo fácil que es adoctrinar a cualquier borrego, que
es lo que la Enseñanza, está creando ante la vagancia y falta de dignidad del
pueblo, para exigir una enseñanza que lo acerque a la humanización, la Sabiduría
y la convivencia con valores, dignidad y armonía.
Llega cualquier
impresentable, terrorista o con buena verborrea, te pregunta lo que deseas, y
basta que te lo prometa para que puedas hacer lo que te diga, sin saber por qué,
para qué, si es justo, si es bueno para los demás, si está dentro de la ley, si
es digno; simplemente te ha prometido: “Si te
pones este cinturón y pulsas este botón cuando haya mucha gente alrededor, te
pagaremos la cena toda tu vida”. “Si solamente crees en lo que te digo, no
tendrás que trabajar, te daremos un chalet, un gran coche y todos los países
nos darán dinero para que vivamos, vótame”. Lo
increíble no es que creamos sus promesas, sino que nos vendamos tan fácilmente,
que vendamos nuestra alma, para no necesitar ser responsables de nuestros
actos, para seguir viviendo en nuestra ignorancia e irresponsabilidad.
Son los
gobiernos, los poderes, los que implantan los métodos de enseñanza y los que
ordenan a los educadores, cómo y qué tienen que enseñar.
Pero somos
nosotros: “El pueblo”, los que tenemos la capacidad de pensar, de conservar
nuestros principios, nuestros valores, nuestra responsabilidad preguntando si
lo que nos dicen se corresponde con nuestros principios.
No basta
con esconder la cabeza y pedir leyes, policía, castigos, para evitar la dirección
de aborregamiento, falta de individualidad, personalidad, valores, principios,
que permiten que podamos asesinar o vivir sin valores humanos.
No hablo de
acoger en mi casa a todos los necesitados, sino el que podamos permanecer en
las nuestras. Sin odios que nos lleven a la guerra o la intolerancia de quien
no piensa como nuestros dirigentes, o nos han inculcado con adoctrinamiento.
Es importante
la Enseñanza, pero mejor sería la ignorancia, conviviendo con amor y respeto
por nosotros y los demás, que hacerlo con una Enseñanza de adoctrinamiento que
nos lleve al triunfo, el poder y la riqueza.
Es el
Pueblo, el que necesita aprender, porque no importa lo que le enseñen a alguien
que conserva su: “Humanidad, principios y valores, para la convivencia en armonía”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario