Dicen que
no existe el tiempo, que no sabemos en realidad si estamos regresando al origen
o alejándonos de él. Que nuestra existencia es una vuelta al pasado o un
caminar al futuro. Que si todo se origina en un Big Bang, la luz tiene un punto
de procedencia y si viajas hacia fuera, cuando regresas al punto de partida es
el futuro y naturalmente si viajas hacia el punto de origen, volverías al
pasado.
Que no hay
espacio, que se puede existir en espacios paralelos y distintos, que el
movimiento no tiene por qué ser lineal, hay tantas cosas que: ¿Cómo podríamos
entender el origen del Universo, desde lo escrito?, ¿Será el Universo, el
origen del Big Bang?, ¿Será la Humanidad, el origen de la Creación y la
Creadora de Dios?.
¿Será la
Navidad, origen del nacimiento de la Humanidad y desaparición de Dios?, ¿Será
la Semana Santa, pasado de la Navidad, donde muere el Hijo del Hombre, que
incapaz de aceptar su responsabilidad creó a Dios?, haciendo posible que
retornase la Humanidad que es origen de la Vida y existencia del Creador manifestado
desde la Humanidad: “El Hombre”.
Es difícil
ver tu alrededor y aceptar que eres el responsable de lo que has creado. Antes del
Principio, cuando Todo se manifestaba en su Naturaleza de Vacío, existía algo
que era anterior incluso al Uno, podríamos llamarlo Vida y por qué no: “Humanidad”.
Surge el
Uno, el Principio de la Manifestación, en su evolución llegan los homínidos, el
comienzo de un principio nuevo de equilibrio natural, en el que, lo que
pensamos máxima expresión evolutiva es el destructor de las condiciones que le
permiten existir: “El Hombre”, todavía sin separación por sexo, o del entorno,
el que hoy podríamos llamar: Hombre-Mujer, acaba de manifestarse.
Viendo nuestra
creación, tratando de ocultar nuestra responsabilidad y mostrando nuestra
cobardía, el Creador, decide crear: “Los Dioses Creadores”, los responsables, los
culpables de cuanto nosotros podamos crear, finalmente tratando de dejar claro
quién es el culpable, unimos todos estos dioses en un solo: “Dios Creador”.
En nuestro
regreso al origen, poco a poco, tenemos que retirar esa culpabilidad del
Inocente, de Dios. Para ello tenemos que crucificar al Hijo del Hombre, al
cobarde que creó a Dios, escapando de su responsabilidad. Hay que crucificar al
Hijo, para que resucite el Espíritu del Hombre Hijo de la Humanidad.
Pero es
cuando nazca de nuevo la Humanidad, cuando Dios y el Hombre, retornen al
Principio, cuando verdaderamente estaremos celebrando la Navidad.
Creemos que
tiene que nacer un Hijo del que hemos hecho el responsable de nuestra Creación,
para que podamos redimirnos. Pero el que tiene que nacer en la Navidad es el
Hijo de la Vida, el que por miedo renunció a su responsabilidad con su
Naturaleza de Humanidad, de Creador, de responsable de su Libertad, creando
para cargar con sus culpas al Dios Creador.
Hay muchas
formas de explicar las cosas, pero ninguna que nos lleve a no ser los
responsables de nuestra vida, de nuestra sociedad, de nuestra manifestación.
No tiene
que nacer un hijo de alguien, sino el Hijo de nuestra Aceptación de
responsabilidad de lo que somos, somos los Padres de Dios, sus Creadores, pero
si no somos capaces de nacer como Responsables de Nuestra Creación, no podrá
nacer Dios, no habrá Navidad, no podremos retornar a nuestro origen, la
Humanidad, el Vació.
¡¡¡¡¡Que logréis la Navidad en cada uno de
nosotros!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario